domingo, 20 de septiembre de 2015

En el casco viejo de la Villa Imperial hallaron huesos de indígenas y africanos, en un lugar que solo estaba reservado para los españoles.



Las calaminas que reflejan los rayos solares del mediodía y los ruidos dentro de la zona restringida muestran que se están llevando a cabo trabajos de remodelación en la plaza 6 de Agosto, situada en la parte superior de la plaza 10 de Noviembre, de la ciudad de Potosí. Parece ser otra labor de restauración para mejorar el aspecto de la urbe, pero en esta ocasión se desvela un hallazgo histórico.

Los arqueólogos identificaron la osamenta de al menos 20 indígenas y tres africanos, ahí mismo, en el corazón de la Villa Imperial, en un sitio que estaba vetado para ellos. Es la primera vez que se tiene un registro de estas características. Existía el convencimiento de que los únicos que eran enterrados cerca de las iglesias eran españoles, pues aquella cercanía los acercaba al cielo.

Escape habló con los descubridores de estos restos en la Villa Imperial. Se trata de un viaje por la historia que puede dar mayores luces sobre la época colonial.

Bajo el sol abrasador de septiembre, pero con el frío propio de una urbe a casi 4.100 metros de altura, los arqueólogos trabajan en un costado de la Catedral potosina. Son tres hombres vestidos con trajes blancos de plástico, tapabocas, guantes de látex y sombreros de ala ancha.

Después de limpiarlos con mucho cuidado y observarlos con detenimiento, acumulan calaveras y otros restos óseos en cajas de cartón que alguna vez llevaron manzanas en su interior. Se trata de huesos de 460 personas del siglo XVIII.

“Estamos en el proceso de limpieza de cráneos para obtener más información. Hablamos de gente indígena, pero también estamos confirmando la presencia de afrodescendientes, aunque también puede haber algunos mestizos, lo que verificaremos con los trabajos de laboratorio”, informa el arqueólogo Delfor Ulloa, uno de los especialistas que realizan un estudio respecto de la procedencia de estos restos, sus edades y las causas de sus fallecimientos. Las primeras conclusiones refieren que los huesos son, en su mayoría, de criollos y españoles; aunque se han descubierto más de 20 indígenas y tres africanos.

Marvin Torrejón, director de Patrimonio Histórico del Gobierno Autónomo Municipal de Potosí, confirma que es el primer estudio arqueológico de un osario encontrado en la parte central de lo que se denominó Potosí Colonial.

Llama la atención la presencia de restos de afroamericanos e indios en estas zonas, pues los dominios de los españoles estaban cerca de los templos, explica la guía del templo de San Francisco Patricia Pimentel. “Ellos indicaban que al ser enterrados aquí, cerca del altar, podían subir directamente al cielo y, de esa manera, salvar sus almas, era como comprar el cielo”.

Las clases bajas no debían ser enterradas cerca de los templos, pues se creía que no tenían alma. Eran otros tiempos.

Fue allá por 1545, cuando Diego Huallpa descubrió filones de plata en el Cerro Rico de Potosí. Entonces, la vida cambió en la región y la comarca se convirtió en una urbe próspera. Ansiosos por hacerse millonarios, miles de personas llegaron desde España y otros países de Europa.

Fueron tantas las historias de la riqueza de la Villa Imperial, que Miguel de Cervantes ayudó a que se popularizara la frase “vale un Potosí” como expresión de que algo cuesta una fortuna: “Si yo te hubiera de pagar, Sancho —dijo en cierto momento el Quijote—, conforme lo que merece la grandeza y calidad de este remedio, el tesoro de Venecia, las minas de Potosí fueran poco para pagarte”, refiere parte de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

El hallazgo de plata en el Cerro Rico ocasionó que en los primeros 18 meses arribaran 14.000 personas a la ciudad, mientras que 25 años más tarde, cuando el virrey Francisco de Toledo mandó a hacer el primer censo poblacional, fueron cuantificados más de 120.000 habitantes.

Asimismo, la presencia de africanos fue temprana. En el censo de 1611 se reportaba que de los 160.000 ciudadanos en la Villa Imperial había “6.000 negros, mulatos y zambos de entrambos sexos de diversas provincias del mundo”. La mayoría de ellos trabajaba para sus amos en el cerro o en labores domésticas, “representando un símbolo de ostentación social: cuantos más esclavos, más poder social”, indica el estudio La Villa Imperial, de Consuelo Varela.

Como los africanos no se adaptaban al trabajo y al frío de la Villa Imperial, su población decreció de forma acelerada, por lo que el virrey Toledo reorganizó el sistema de mita que había sido practicado por los incas. Éste consistía en obligar a los indígenas que residían en las 16 provincias que formaban parte de la distribución de territorios a favor de los españoles —que se extendía desde Cusco hasta Tarija—, con edades entre 18 y 50 años. Éstos trabajaban en las minas un determinado tiempo a cambio de un salario diario más bajo del que recibían los ciudadanos “libres”.

Las diferencias étnicas en la Villa Imperial no solo se reflejaban en el sistema de trabajo, sino también en los entierros, que se efectuaban en los templos. El historiador Carlos Ostermann señala que en la parte interna de las parroquias sepultaban a personajes que habían colaborado con la Iglesia, en el área del altar mayor estaban los sacerdotes, y en la parte baja, los niños.

En cuanto a los indígenas y africanos, ellos eran inhumados generalmente en templos situados en barrios de indios. Y se dudaba que hayan tenido alma.

En la actualidad, del esplendor de aquella ciudad colonial solo quedan estudios y textos históricos; las iglesias católicas —que parecen haber sido construidas en cada esquina del casco viejo— y algunas infraestructuras representan el testimonio de la riqueza y decadencia de la urbe.

El martes 9 de junio de este año —al menos 400 años después del descubrimiento de Huallpa—, obreros de la empresa Velca y Asociados, que se encarga de la remodelación de la plaza 6 de Agosto y sus alrededores, iniciaban los trabajos de tendido eléctrico, para lo cual realizaban las excavaciones. A una profundidad de 50 centímetros, uno de los empleados encontró un hueso humano. Inmediatamente se paralizaron las obras, se entregó la información a la Dirección de Patrimonio Histórico de la Alcaldía y se acordonó el lugar.

Luego de tres meses, detrás de las calaminas que reflectan los rayos solares, los especialistas se diferencian de los demás porque visten de blanco y recogen los restos óseos con mucho cuidado.

El arqueólogo Ulloa informa que están concluyendo la recolección de osamentas, que se encontraban en cuatro pozos, con una extensión aproximada de 18 metros.

“Hemos estudiado las dimensiones de los huesos largos, que nos muestran las estaturas y algunas características de dimensiones del cráneo”, agrega. Según el análisis preliminar, las mujeres de la época medían 1,55 metros, mientras que los varones, 1,60. Empero, también hallaron huesos más largos, que hacen presumir que se trata de gente proveniente del continente africano, con una estatura de entre 1,75 y 1,80 metros.

Junto a los restos hallaron objetos que dan señales de la época a la que pertenecían ellos. “Los entierros de los indígenas y afros, que estaban en los niveles superiores, están asociados con un periodo posterior a los españoles y criollos. Según la cerámica que tenemos se trata de individuos del siglo XVIII”. Se cree que se trata de un entierro secundario, es decir que los huesos fueron trasladados desde otro lugar de la ciudad.

Otro dato que llama la atención es que más del 50% de los varones tuvo al parecer una muerte violenta, “ya sea por golpe contundente, perforación por arma filosa; hay otros que tienen evidencias más pequeñas, posiblemente de proyectiles”. Como ejemplo, Ulloa muestra un cráneo con una perforación profunda de al menos diez centímetros en la parte frontal.

Es por ello que la comuna contrató a especialistas que harán un estudio genético para determinar los datos más representativos de estos individuos. Luego se realizará la reconstrucción facial de diez cráneos para que sean expuestos en un museo. “El objetivo es tener certeza y datos reales de los hechos que han ocurrido en nuestra ciudad, que también nos van a servir para el trabajo de rehabilitación del centro histórico de Potosí”, anuncia Torrejón.

La mañana del viernes 11 de septiembre ha concluido el trabajo de campo, por lo que tres camionetas están repletas de huesos, que fueron depositados en cajas de cartón que antes eran de manzanas.

Si bien hasta el momento no se han terminado los análisis, Ostermann sostiene que no hay ninguna novedad en el hallazgo de indígenas y afros, ya que el lugar donde se encontraron los restos pertenecían a la iglesia de la Orden de los Betlemitas, que administraba un “hospital para indios”, a finales del siglo XVII e inicios del XVIII.

Historia profunda de catacumbas

Las historias en torno a los entierros son constantes en la Villa Imperial, que inevitablemente llevan a hablar de las catacumbas que se encuentran en el casco urbano.

La plaza 10 de Noviembre está rodeada por varias infraestructuras antiguas, como la Catedral, la iglesia San Francisco o la antigua Casa de la Moneda de Potosí —que ahora está ocupada por el gobierno municipal y el Palacio de Justicia— que, de acuerdo con exfuncionarios municipales, tienen conexión entre sí. El encargado de Patrimonio dice que existe la versión de que los túneles pasan debajo de la Plaza de Armas.

Con esos datos, la comuna dispuso de 66 millones de bolivianos para restaurar las galerías subterráneas y hacer estudios que verifiquen o desechen la tesis de que hay conexión entre las infraestructuras.

Para verificar las versiones, Escape visitó la catacumba de la comuna, cuyo ingreso está flanqueado por bolsas de cemento, envases de pintura, calaminas, palas y otros objetos, debido a que hasta hace poco este espacio era utilizado como bodega.

En los siguientes cinco metros se nota el túnel de piedra cuyo final tiene un muro de yeso, desde donde al parecer existe un hueco que transporta a otro sitio desconocido. El piso de tierra tiene charcos y de las paredes salen gotas de agua cristalina, por lo que el ambiente es frío y húmedo.

“En épocas de convulsión política han intentado utilizar este espacio como vía de escape, pero no hemos avanzado más en las prospecciones”, explica Torrejón.

Una posible conexión con este túnel puede ser la iglesia de San Francisco, a unos metros de la plaza principal, donde se encontraron cuatro catacumbas.

La guía Patricia Pimentel explica que las criptas son de 1547, de la primera construcción, y que no fueron destruidas porque funcionaban como cementerio. “Solo se podía enterrar a personas de la nobleza, a frailes de la orden y a los españoles”, en tanto que los indígenas y africanos eran vetados porque “no tenían alma propia”.

El ingreso a la catacumba tiene apilados restos óseos y una cruz de madera. El piso y las paredes están hechos de piedra, donde también se percibe la humedad. El agua pasa por la parte central, en una especie de canal que lleva a un pequeño hueco, esto debido a que en años pasados el río Casimayu pasaba por este lugar. En estos ambientes se encuentra el único catafalco de la época colonial que quedó en Potosí. Es un armazón de madera antigua con forma de cuna que servía como transporte y para velar a los difuntos.

Hay especulaciones de que existen conexiones entre las criptas del casco central potosino. Según esta tesis, uno de los túneles une el templo de San Agustín, el actual colegio Pichincha, el teatro Modesto Omiste y el templo de La Merced. El otro conectaría el anterior templo de la Compañía de Jesús, el colegio Santa Rosa y el primer templo Santa Rosa. El otro comprende el Colegio Franciscano y la iglesia de Copacabana, mientras que el último está ubicado en el templo de San Benito.

Al respecto, Osvaldo Cruz, especialista en restauración de bienes del patrimonio, sostiene que las catacumbas no tienen ninguna relación entre ellas, sino que se trata de canales para evitar que la humedad dañe la estructura de las edificaciones. “Tanto en Potosí como en La Paz, Arequipa, Lima y Santiago de Chile, las catacumbas eran parte de las estructuras de las iglesias. Ahora, de que hayan construido algún túnel de comunicación para escapar, es muy posible”, comenta Ostermann.

La Villa Imperial no solo tiene al Cerro Rico de Potosí como una riqueza que fue “envidia de los reyes”, sino que su suelo guarda reliquias que pronto serán parte de la oferta turística. Mientras, los trabajos de restauración continúan en la plaza 6 de Agosto, que seguramente contiene reliquias más brillantes que el sol del mediodía en la mañana radiante de septiembre.

La iglesia que se convirtió en mercado y después en plaza

El Gobierno Autónomo Municipal de Potosí, a través de la empresa Velca y Asociados, está llevando a cabo trabajos de restauración y refuncionalización de la plaza 6 de Agosto, conjuntamente con la plaza Alonso de Ibáñez y el pasaje Boulevard, en el casco viejo de la Villa Imperial, con el objetivo de que forme parte de un circuito turístico que atraiga a visitantes nacionales y extranjeros.

Para esta labor se están invirtiendo Bs 7,5 millones, financiados por el Gobierno, la Gobernación y la Alcaldía.

Según Marvin Torrejón, director de Patrimonio Histórico, en una primera etapa este terreno estaba ocupado por el Templo de la Misericordia, uno de los más antiguos de la capital, pero estaba hecho de adobes, lo que ocasionó que colapsara. El historiador Carlos Ostermann afirma que el lugar donde se está trabajando también formaba parte del hospital de la Orden de Betlemitas, que se dedicaba a sanar a la población indígena.

El arqueólogo Delfor Ulloa añade que el templo se convirtió en un mercado y área de comercio, para posteriormente ser empleado como plaza.

En la mitad de la plaza 6 de Agosto, que en sus inicios tenía 44 arcos, está un obelisco, construido en 1851, obra de José María Trigo, por mandato del presidente Manuel Isidoro Belzu, indica la nota Cráneo bajo los pies, escrita por Óscar Díaz Arnau y publicado por el Correo del Sur.

En la actualidad, los trabajadores están reconstruyendo los arcos del triunfo, que durante la Colonia se encontraban en este espacio.




miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los restos encontrados en Incauhasi tienen 2.300 años

Los restos arqueológicos encontrados por la empresa petrolera Total el año pasado en el campo Incauhuasi de la comunidad Caraparicito, tienen una antigüedad de entre 1.800 y 2.300 años, según informó en una conferencia ayer Óscar Ortiz, presidente de la Comisión de Pueblos Indígenas e Interculturalidad del Senado.
Este hallazgo estuvo cubierto de polémica, ya que se lo hizo el año pasado después de que accidentalmente la petrolera removiera un antiguo cementerio indígena, dañando los restos arqueológicos, entre los que se encontraban 78 piezas óseas. También se encontraron de manera fortuita otras piezas arqueológicas como cerámicas y objetos de piedra, provocando la molestia de las comunidades guaraníes. Por ahora la petrolera, el Gobierno nacional y la Asamblea de Pueblos Guaraníes (APG) están en conversaciones para ver si se llega a un acuerdo con respecto al destino que tendrán estas piezas arqueológicas.

Estudios

“Hemos podido apreciar con pruebas de Carbono 14 efectuadas por una universidad de Estados Unidos, que este yacimiento arqueológico tiene entre 1.800 y 2.300 años, según los distintos cuerpos encontrados. Nos parece que es realmente un patrimonio cultural de la Nación Guaraní, y en conjunto del pueblo boliviano”, mencionó el senador Ortiz.

Ortiz dijo que lo ocurrido en el campo de Incahuasi debe ser un punto de inflexión a tomar en cuenta para exigir en el futuro los estudios previos en los terrenos y así evitar estas desgracias para la cultura boliviana.

Lo que Ortiz no quiso asegurar es si habrá alguna sanción a la empresa petrolera, sino que explicó que el ministerio de Culturas realizará un proceso de evaluación para ver qué acciones se toman.

El senador añadió que una de las propuestas de los guaraníes es la construcción de un centro de interpretación cultural que funcione como museo para depositar ahí los restos, en lugar de volver a enterrarlos, algo que pedían al principio.

Por su parte Domingo Julián, presidente de la APG, dijo que hoy se reunirán las 23 capitanías guaraníes para decidir qué acciones tomar respecto a este tema tan importante para ellos

martes, 15 de septiembre de 2015

Conferencia arqueológica internacional será en Oruro

En conferencia de prensa en la Unidad de Comunicación del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro (Gad-Oru), ayer se presentó de manera oficial la primera conferencia arqueológica, para la apropiación cultural y la revalorización del legado arqueológico del departamento de Oruro "Oruro: 1200 a.C. la cultura Wankarani a la luz de las investigaciones".

En dicho acto se puso de manifiesto lo importante de la actividad que se desarrollará el 21 y 22 de septiembre, con la participación del país, como de Chile, quienes se muestran como expertos en la investigación de esta cultura milenaria.

Para el secretario de Cultura del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO), Fabrizio Cazorla, es una oportunidad para defender la cultura milenaria, que es la raíz de las tradiciones y costumbres del departamento.

"Queremos augurar el mayor de los éxitos, pero además ratificar que para los orureños nos falta conocer mucho más de nuestra cultura antropológica y todo aquello que como orureños tenemos que ratificar, ha habido la idea que esta conferencia debía realizarse desde la ciudad de La Paz y creemos que ha sido un reto o una obligación nuestra que como orureños defendamos el epicentro de la cultura Wankarani", enfatizó.

Los expositores que estarán en esta actividad son: Jorge Llanque Ferrufino, José Capriles Flores, Adolfo Pérez Arias, José Pacheco Almanza, Mauricio Machicado Aruquipa y Carlos Carrasco Gonzales (Chile), el lunes 21 de septiembre en el salón Libertad del Municipio, desde las 08:30 horas.

El martes 22 de septiembre, estarán los expositores Jimena Cruz Mamani (Chile), Mauricio Uribe Rodríguez y Marcos Rodolfo Michel López, desde las 09:00 horas en el salón de actos de la carrera de Antropología.

Para la representante de la empresa Strategia Turística, Ximena Villa Íñiguez, esta actividad servirá para mostrar al mundo la importancia que tiene Oruro en la evolución de Latinoamérica.

"Lo que nosotros queremos es mostrar lo que Oruro tiene como patrimonio, que muchas veces llegamos a desconocer, Wankarani es uno de los iconos que nosotros manejamos y a razón de eso es que se está realizando esta primera conferencia, los objetivos son varios, pero quiero apuntar tres, el de difundir y valorizar esta cultura, dar a conocer los trabajos de investigación, además de fortalecer políticas culturales", enfatizó.

Por su lado el secretario Departamental de Cultura y Turismo, Marcelo Lara enfatizó en la necesidad de que los orureños conozcan su pasado ancestral, a través de estas investigaciones que se basan en la cultura Wankarani.

"Los arqueólogos, investigadores que van a estar presentes son de primera línea, las investigaciones que se van a presentar son reciente, datos nuevos, puesto que es importante que estos elementos nos van a ayudar a comprender cuál es nuestro pasado, estoy muy convencido que Wankarani es uno de los primeros pueblos que han habitado esta región", remarcó.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Hallan fósil de jabalí en el centro de Sucre




En Sucre se encontró un jabalí o chancho silvestre que habitó en esta zona hace 12.000 años. Lo que llama la atención de los investigadores es que este hallazgo se produjo en una casa del centro de la ciudad.

El sábado 5 de septiembre, el paleontólogo Omar Medina recibió una fotografía a través del servicio de mensajería WhatsApp en su teléfono. Era de un estudiante de arquitectura, Marco Fonseca, que le comentaba la existencia de supuestos fragmentos de huesos fósiles en la construcción de una vivienda perteneciente a la familia Ordóñez, ubicada a seis cuadras de la plaza 25 de Mayo y a dos del parque Simón Bolívar.

A raíz de esa imagen, inmediatamente Medina y su equipo se dirigieron al inmueble que se encuentra en etapa de construcción y se logró rescatar de los escombros una parte de una mandíbula de un pecarí, parecido a un chancho silvestre o jabalí.

La pieza fue sometida a un estudio preliminar y se realizaron tomas fotográficas con escala, las que fueron enviadas a los paleontólogos Daniel Perea (Uruguay), Fernando Novas y Federico Agnolin (Argentina) y Mario Suárez Riglos, Bernardino Mamani, Ricardo Céspedes y Omar Medina (Bolivia). Todos certificaron que se trata del fragmento mandibular de un pecarí (Familia Tayassuidae).

La pieza mide unos seis centímetros y se aprecian dos molares con cúspides y cíngulos bien definidos. Los paleontólogos extranjeros y nacionales coincidieron en que este animal pertenece al Pleistoceno que vivió hace 12.000 años. Esta edad fue determinada con base en los sedimentos encontrados en la vivienda y que está compuesta por conglomerados como la grava, arena, limo y arcilla, además por encima de ello una franja de toba (ceniza volcánica).

Medina señaló que el pecarí era muy parecido a los actuales cerdos, con un hocico que terminaba en una punta cartilaginosa y con ojos pequeños con relación al tamaño de su cabeza. Medían entre 90 y 130 centímetros de largo con un peso aproximado de 40 kilogramos. Al igual que los cerdos, solamente usaban los dos dedos centrales de sus patas delanteras para caminar. Este animal tenía por costumbre realizar sus actividades en la noche y por su carácter social formaban rebaños.

Medina hizo referencia a una investigación del paleontólogo argentino Carlos Rusconi, quien en 1930 describió los restos fósiles de una antigua especie de pecarí del Pleistoceno (periodo geológico que terminó hace unos 10.000 años) y le dio a esa especie el nombre de Catagonus Wagneri. A pesar de que estos animales se creían extinguidos, en los años 70, Rusconi los observó en la zona del Chaco chuquisaqueño.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Hallan el hueso de pecarí prehistórico en una casa


SIN DETERMINAR

El pecarí de la familia Tayassuidae apareció en la tierra hace tres millones de años, de la pieza de la mandíbula que fue encontrada aún no se determinó el tiempo de antigüedad.

El hueso de un pecarí prehistórico fue encontrado en pleno centro de Sucre, cuando construían una vivienda en la calle Pastor Sainz. Por ahora no se conoce el tiempo de antigüedad, pero el hallazgo es de sumo interés porque el pecarí, cuyo origen data de hace tres millones de años, no está extinguido, sino que tiene su hábitat en el Chaco.

El hallazgo fue confirmado por el paleontólogo Omar Medina quien informó que luego de observar la pieza que corresponde a la mandíbula del animal prehistórico y de hacer consultas a otros miembros de una red de paleontólogos, es posible asegurar que corresponde a un pecarí de la familia Tayassuidae.

El fósil fue encontrado mientras los obreros de la construcción de una vivienda se encontraban excavando las zapatas para colocar las columnas.

La presencia del fósil inmediatamente fue comunicada a los propietarios de la construcción y éstos a su vez se contactaron con Medina, para que hiciera el análisis correspondiente.

A decir de Medina, la pieza fue analizada conjuntamente los paleontólogos Fernando Nova y Federico Argnoli de Argentina y Bernardino Mamani de Bolivia. Este trabajo de identificación inició el sábado pasado mediante interconsultas para llegar a certificar los profesionales que es una especie de jabalí que se creía extinto.

Lo curioso de este hallazgo, según el especialista, es que este animal prehistórico aún continúa con vida en el planeta y está localizado en la región del Chaco chuquisaqueño.

De hecho, es un animal salvaje conocido también como chancho montés que es atrapado para el consumo humano. Otros también lo conocen por su propio nombre: pecarí.

Otro dato que añadió a este descubrimiento Medina es que durante mucho tiempo un investigador chileno estuvo dedicado a su estudio, pensando que el animal se había extinguido.

Para sorpresa del profesional, este animal aún pervive y se desarrolla plenamente en la región del Chaco de Chuquisaca.

Hasta ahora, esta es la única pieza que se logró encontrar en Sucre de este animal prehistórico, en una ciudad donde hay una marcada presencia de restos fósiles.
Un dato curioso es que este pequeño hueso fue encontrado en el inmueble donde funcionaba el local “La Tranquera”, especialista en chicharrón de cerdo.


domingo, 6 de septiembre de 2015

Schütt, un boliviano tras las huellas de dinosaurios

DESCUBRIMIENTO ÚNICO

LA CANTERA DE CAL ORCK’O

En octubre de 1994, el boliviano Klaus Pedro Schütt descubrió

el mayor yacimiento mundial

de huellas de dinosaurio, en el muro de Cal Orck’o, en una cantera de Sucre (Bolivia), pero él solo era un paleontólogo aficionado y su relato sonaba a disparate. Llamó al Museo de Historia Natural de La Paz, para dar la noticia y pedir que enviaran a sus expertos.

“¿Y cuántas huellas dice que ha encontrado?” le preguntaron. Él respondió que “alrededor de mil”, tras lo cual le dijeron que lo llamarían después, pero tal cosa nunca ocurrió. Schütt lo ignoraba, pero el mayor yacimiento por aquel entonces, en Alemania, reunía apenas 220 huellas. En el muro

de Cal Orck’o, hay más de 10 mil.

Este último recuento lo presentó el paleontólogo suizo Christian Meyer en Sucre, el pasado 22 de abril. Las

pisadas trazan algunas caminatas muy largas y corresponden a cientos de dinosaurios de una treintena de

especies: por aquí paseaban todas las especies conocidas de dinosaurios sudamericanos, incluso tres que no se conocían hasta ahora.

Las huellas reflejan, con un nivel

de detalle jamás alcanzado, cómo

era la vida de los dinosaurios un poco antes de su extinción. Y por eso quieren que la Unesco declare el farallón de Cal Orck’o patrimonio natural de la humanidad.

UN “SANTO GRIAL”

Schütt, de 63 años, es un boliviano de familia alemana, de modales suaves, pero visiblemente emocionado cuando habla de dinosaurios y de su descubrimiento en Cal Orck’o.

“Un geólogo, Hugo Heymann, vio las huellas en la cantera en 1985 y les sacó unas fotos, él había estudiado en el colegio Alemán de Sucre, como yo. En 1994 los antiguos alumnos organizamos una visita a la fábrica de cemento Fancesa, uno que trabajaba allí, de ingeniero, nos mostró las instalaciones. Íbamos caminando por la cantera, al pie de un corte enorme en la montaña, una muralla lisa y amplia. Entonces me fijé en las marcas: había muchísimas huellas de dinosaurio. Me quedé con la boca abierta”.

Entre ellas se distinguía el recorrido de un pequeño tiranosaurio, que llegaba al medio kilómetro: la caminata de dinosaurio más larga jamás registrada en el planeta. Schütt bautizó al saurio como “Johnny Walker”.

Después de las primeras llamadas sin respuesta, Schütt convenció al director del Museo Paleontológico

de Tarija, el ingeniero Freddy Paredes, quien acudió a Sucre y quedó asombrado con el hallazgo.

Schütt, paleontólogo por afición,

cineasta y agente de turismo por oficio, grabó un vídeo en el que Paredes explicaba las huellas, mismo que envió a distintas personalidades (incluyendo a Steven Spielberg), pero no recibió respuesta hasta 1998, cuando el vídeo llegó a las manos de un personaje clave en esta historia: el pa-

leontólogo Christian Meyer, de la Universidad de Basilea, autoridad mundial en huellas de dinosaurios.

Meyer había descubierto la caminata de dinosaurio más larga del planeta, de unos 120 metros, en el desierto del Gobi. Cuando vio las huellas del tiranosaurio Johnny Walker, que alcanzaban los 581 metros, tomó un avión y se plantó en Bolivia.

“Fui con Meyer a la cantera y no podía creérselo. Me dijo que en Sucre teníamos el Santo Grial de la paleontología. En dos meses armó una expedición para fotografiar y mapear con láser toda la pared, sacar moldes de silicona de las pisadas y recoger fósiles”, recuerda Schütt.

En la cantera de la fábrica Fancesa cortaban la montaña en láminas, como si fuera un queso, hasta que encontraron una capa que ya no les interesaba: contenía demasiado manganeso, un elemento que complica la fabricación del cemento, y la dejaron sin explotar. Así quedó a la vista el murallón liso de Cal Orck’o (“cerro de cal”, en quechua), de un kilómetro y medio de largo, 100 metros de alto, y una inclinación de 72 grados.

El primer estudio de Meyer registró más de tres mil icnitas -pisadas de dinosaurio- en esta superficie. Unos años más tarde, la cuenta ya había crecido hasta cinco mil, incluyendo 462 caminatas, pertenecientes a 293 dinosaurios de más de 25 especies. Y hace pocos días el paleontólogo suizo anunció que la cifra superaba ya las 10 mil y que incluían las huellas de tres especies desconocidas.

Schütt sostiene que el mejor aspecto del hallazgo es que las pisadas revelan comportamientos de los dinosaurios “y permiten recrear qué pasaba en Cal Orck’o hace 66 millones de años, poco antes de que se extinguieran”.

ABRUPTA DESAPARICIÓN

Según Schütt, las huellas de Cal Orck´o confirman que la extinción de los dinosaurios ocurrió de manera repentina: “todas esas huellas fueron impresas en el barro en apenas dos o tres días, lo que demuestra que allí vivían muchos animales y muy variados al mismo tiempo, poco antes de que cayera el meteorito de Yucatán”.

El impacto de aquel asteroide, hace 65 millones de años, abrió un socavón de 180 kilómetros de diámetro, produjo tsunamis, terremotos de 13 grados en la escala Richter, incendios devastadores de escala continental, nubes de cenizas y azufre que envenenaron la atmósfera, oscurecieron el planeta y alteraron el clima. En aquel invierno apocalíptico se extinguieron dos tercios de la vida terrestre. Se acabó el reinado de los dinosaurios, y quedó un hueco para la aparición de los “diminutos” humanos.

Son estos últimos los que ahora se esfuerzan por proteger este testimonio de la historia del planeta, de las inclemencias del clima y el tiempo.

“Yo he visto perderse unas quinientas huellas”, lamenta Schütt, “pero he visto aparecer otras dos mil, en las capas que quedaron a la vista”.

Elizabeth Baldivieso, directora del Parque Cretácico indica que en los últimos años se han logrado grandes avances al respecto. “Hemos impermeabilizado la pared, para que las lluvias no la gasten, hemos medido con extensómetros cómo se mueve el terreno, para conocer la evolución y los riesgos futuros (…) cuando Meyer termine sus informes, presentaremos la candidatura de Cal Orck’o para que la Unesco lo reconozca como patrimonio natural de la humanidad”, cuenta.

Klaus Pedro Schütt espera esa decisión que preserve lo que él encontró y divulgó hace más de 20 años: el escenario más valioso para entender el mundo de los dinosaurios.


sábado, 5 de septiembre de 2015

ALCALDÍA REALIZARÁ EL SALVATAJE ARQUEOLÓGICO DE LOS VESTIGIOS HALLADOS EN LA OTB 6 DE JUNIO

La Alcaldía de Cochabamba a través de la Secretaría de Culturas dispuso ayer la contratación de un arqueólogo para realizar una intervención de salvataje, después que hace más de una semana se encontraran restos óseos, líticos y de cerámica cuando se hacía una excavación para la conexión de servicios básicos en la zona norte.

El hallazgo se realizó en la calle Teófilo Vargas y Félix del Granado en la OTB 6 de Junio en el Distrito 12, en el municipio de Cercado, en el momento en que una empresa privada hacía uso de maquinaria pesada para instalar una red de agua potable y alcantarillado sanitario.

El responsable de la Unidad de Patrimonio y Territorio de la Alcaldía, Gustavo Siles, explicó que el Supervisor de Obras y el apoyo técnico hicieron una representación vía el director de Gestión de Obras Contratadas del municipio al responsable de Culturas e Interculturalidad de la Gobernación para tomar medidas al respecto.

“Se ha visto conveniente que la Secretaría de Cultura de la Alcaldía es quien debería tomar cartas en el asunto para que mediante el trabajo de un arqueólogo se haga un registro de toma, tamaño, edad, características en una ficha para la extracción de los restos óseos”, aseveró Siles.

El proceso de arqueología de salvataje consiste en que un arqueólogo levante los restos que se encontraron en un espacio determinado para liberar la zona. Después de una reunión sostenida ayer con la responsable de Culturas de la Alcaldía, Ninoska Lazarte, se coordinó que un profesional sugerido por el Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón (Iniam-UMSS) se haga cargo del trabajo de salvataje.

Siles indicó que una vez que se contrate al especialista, éste se encargará de emitir un informe sobre las características de los mismo para luego llevarlos a una de las casonas para su resguardo.

De momento el trabajo para la conexión de los servicios básicos quedó paralizado hasta que el arqueólogo realice el levantamiento de este importante hallazgo que aportará con mayor información sobre las culturas que poblaron la zona central de los valles cochabambinos.

Gracias al aviso de los vecinos de la zona, se conoció de la existencia de estos restos arqueológicos que ahora deberán ser protegidos.

Ley 370 protege patrimonio

La Ley Departamental No 370 de Patrimonio Cultural de Cochabamba de 2013, en su artículo 21, establece que “la obra, infraestructura, construcción civil pública o privada, actividad o proyecto, debe previamente contar con la Evaluación del Impacto Patrimonial-EIPC para evitar, mitigar o minimizar aquellos posibles impactos negativos sobre el Patrimonio Cultural”.

En su artículo siguiente indica que toda persona natural o jurídica que conozca del daño o afección al patrimonio debe denunciarlo ante el Gobierno Autónomo Municipal o la Gobernación.

Según investigadores arqueólogos los valles cochabambinos constituyen una zona donde se reportaron hallazgos de varios sitios arqueológicos, lo que quiere decir que las casas, calles y avenidas están construidas encima de montículos que guardan vestigios de las culturas anteriores.

Hace varios años en la zona de Jaihuayco se encontró al “Hombre de Jaihuayco” que tiene una antigüedad de 10 mil años antes de Cristo. Asimismo, hace más de siete años en la calle Oquendo y la avenida Heroínas se recuperó una urna. Ambos hallazgos son resguardados por el Iniam-UMSS.

jueves, 27 de agosto de 2015

EL HISTORIADOR PERUANO WALDEMAR ESPINOZA PARTICIPA DEL ENCUENTRO DE ARQUEÓLOGOS

Las investigaciones etnohistóricas del mundo andino de Latinoamericana, realizadas en las últimas 40 décadas, según el historiador peruano Waldemar Espinoza, al margen de su aporte a las ciencias sociales, han sido exitosas porque han permitido la revaloración de los indígenas de estas tierras para que estos sean reconocidos como ciudadanos y puedan participar en todas las actividades.

El historiador peruano, reconocido internacionalmente por sus investigaciones y aportes académicos en 45 años de trabajo, destacó la ardua batalla que enfrentaron los cientistas sociales: antropólogos, arqueólogos, etnohistoriadores y otros para convencer al mundo que los indígenas tienen mucho valor, aunque lamentó que todavía se mantengan rezagos raciales en algunas regiones.

Actualmente, dijo que a partir de los hallazgos se están tomando muchas prácticas de los antepasados, por ejemplo los sistemas que tuvieron para producir sus alimentos aún en las regiones más adversas.

“Todos los estudios que se realizan son para entender al hombre del pasado, sin embargo el desafío del científico moderno es poner ese pasado al servicio del presente, porque no se trata de estudiar el pasado porque simplemente le guste al investigador”, puntualizó Espinoza.

El investigador peruano participa desde el pasado lunes, en el Centro Simón I. Patiño, del Encuentro Internacional “Arqueología y Etnohistoria en los Andes y Tierras Bajas, dilemas y miradas complementarias” junto a más de medio centenar de profesionales de estas disciplinas procedentes de varios países.

Según Espinoza, se ha hecho mucho con las investigaciones sobre el mundo andino, preincaico e incaico, de manera que “falta conocer muy poco”.

“Considero que se ha avanzado el 85 a 90 por ciento del camino, por tanto lo que queda es muy poco. No sabemos cuántas toneladas de papa seca se guardaba, cuántos eran los pueblos, datos que tal vez nunca los conozcamos, pero lo principal ya se ha dirimido”, dijo.

Agregó que no ha aparecido el sabio que interprete completamente los kipus, “tal vez eso suceda dentro de 100 años, es difícil precisar, tuvieron que pasar siglos para que se lean las escrituras egipcias”, señaló.

Anotó que lo que se está haciendo es revisar mucho de lo conocido, por ejemplo se creía que el nombre de Wiracocha, era del Dios Creador, ahora se sabe que era el Dios Ordenador, son temas todavía de largo debate.

CUIDADO ARQUEOLÓGICO Perú y Ecuador buscan evitar tráfico patrimonial

La labor conjunta involucra a diferentes instancias de ambos gobiernos, como policías y aduanas.

Los gobiernos de Perú y Ecuador elaboraron una cartilla conjunta con una recopilación de los bienes culturales que son susceptibles de ser objeto de delitos como el comercio y el tráfico ilegal, informó ayer el Ministerio de Cultura de Perú en un comunicado.

La "Cartilla Binacional Perú-Ecuador" se presentará durante el cuarto taller binacional sobre protección y control del tráfico ilícito de bienes culturales, que se celebra desde ayer y hasta el viernes en Piura, capital de la región peruana homónima y limítrofe con la frontera ecuatoriana.

La cartilla reforzará el vínculo de diferentes instituciones de control del Perú y Ecuador al brindarles una orientación que facilite el reconocimiento de los bienes culturales patrimoniales de los dos países.



UN TRABAJO DE PREVENCIÓN COORDINADA. El documento difunde información técnica y visual de bienes culturales patrimoniales de Perú y de Ecuador, como piezas arqueológicas, esculturas y pinturas, entre otros objetos.

En el taller binacional participan el Ministerio de Cultura de Perú y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural de Ecuador junto a autoridades y funcionarios de ambos países vinculados a la prevención y control del tráfico de bienes culturales.

Entre ellos hay personal de Aduanas y de zonas de frontera, además de representantes de la Policía Nacional del Perú y de la Policía Patrimonial del Ecuador.

Los participantes obtendrán información de la normativa contra el tráfico ilícito de bienes patrimoniales, así como de los procedimientos y métodos de control.

También recibirán formación para el reconocimiento de los bienes culturales procedentes de Perú y Ecuador susceptibles de ser objeto de tráfico ilícito, con el fin de prevenir la comisión de delitos contra el patrimonio cultural.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Por segundo día, en el marco del Encuentro Internacional de Arqueología y Etnohistoria en los Andes y Tierras Bajas

Varias investigaciones arqueológicos, etnohistóricas, antropológicas y linguísticas que se realizaron en diferentes regiones de los andes de Perú y Bolivia, de los pueblos y vestigios de la época precolonial y que en algunos casos susbsisten, fueron presentadas ayer en la segunda jornada del “Encuentro Internacional Arqueología y Etnohistoria en los Andes y Tierras Bajas: Dilemas y miradas complementarias”

Este evento, organizado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas y el Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón y el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), reúne desde el pasado lunes a más de medio centenar de investigadores de estas disciplinas, procedentes de varios países.

A partir de las investigaciones realizadas en diferentes campos, en la zona andina y tierras bajas, del periodo intermedio temprano y colonia temprana (siglos XV y XVI) los expertos debaten sobre aspectos metodológicos y los aportes al conocimiento desde las diferentes miradas científicas y la interrelación entre éstas.

En este marco, Juan Eduardo Villanueva del Museo de Etnografía y Folklore de La Paz (Bolivia) presentó la investigación que realizó de los señoríos preincaicos de Carangas a partir de nuevos enfoques que dejan en entredicho muchos de los aspectos tomados hoy como verdad.

Mientras que Izumi Shimada, uno de los más connotados arqueólogos japoneses que trabaja en Perú, habló del “Pachacamac, su imagen, funcionamiento y habitantes según la arqueología y etnohistoria”.

María de los Ángeles Muñoz, del Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico de la UMSS (Cochabamba), a partir de los estudios que realizó de la presencia de los incas y vestigios de estos en Incallajta (Pocona) y Samaipata (Santa Cruz) puso en la mesa de debates los encuentros y desencuentros existentes entre la arqueología y la etnohistoria, además de la necesidad de un trabajo interdisciplinario, desde el inicio del proyecto de investigación, para explicar muchos aspectos no conocidos y no constatados.

Rosalía Martínez (Francia), por su parte, presentó el trabajo que realizó en las comunidades Yampara-Tarabuco de Chuquisaca a partir de la danza.

Frank Salómon, profesor emérito de la Universidad de Wisconsin de Estados Unidos, habló de la Raywana (mamá alimento), ritual de redistribución andina en el centro de Perú. Bruce Mannheim, profesor de la Universidad de Michigan, se refirió a la formación de los sujetos sociales en los andes precoloniales desde la perspectiva lingüística.

El aporte del arte rupestre

El aporte del arte rupestre, de los quipus, de la iconografía de los qeros, de los tejidos, de la cerámica, de los cueros, en la investigación arqueológica y etnohistórica, serán los temas que abordarán hoy los expertos que participan del encuentro de arqueólogos y etnohistoria que se realiza en el Centro Simón I. Patiño.

La jornada de hoy se iniciará con la presentación de la investigación “Primera aproximación al arte rupestre del sector sur de la Cuenca de Pozuelos (Puna de Jujuy, Argentina) durante los periodos de desarrollos regionales e Inka” y el trabajo “Arte rupestre y arquitectura, distintos registros para pensar un problema colonial”.

Durante la mañana, también se presentarán los trabajos “Mirando el antiguo Kollasuyo de los Andes: problemas y expectativas del arte rupestre como fuente de conocimiento etnohistórico” y “Sistemas andinos de comunicación durante los períodos incaicos y colonial”.



ANTROPÓLOGO JAPONÉS

Izumi: Hay muchas vetas aún por investigar

El reconocido antropólogo japonés Izumi Shimada, que trabajó más de 40 años en Perú, destaca los avances que se han dado en los últimos tiempos en el conocimiento de la época precolonial en la región de los andes, no obstante considera de que todavía hay muchos campos que deben ser investigados y profundizados.

Según el también profesor de Antropología en la Universidad de Southern Illinois, Carbondale (SIUC), para esto es importante no sólo la complementariedad entre las diferentes disciplinas: arqueología, antropología, etnohistoria, lingüística y otras, sino la interdisciplinariedad en los equipos de investigadores.

“Una investigación interdisciplinaria implica la participación de los especialistas de las diferentes ramas desde la planificación del trabajo, una interrelación que sólo va a terminar cuando se publique o haya terminado la investigación. Interdisciplinario implica la participación en todas las etapas”, precisó.

Señaló que actualmente se presentan desencuentros entre las diferentes disciplinas, los arqueólogos tratan de desvirtuar o desmerecer lo que hacen los antropólogos o los etnohistoriadores y viceversa.

Dijo que a partir de su experiencia, de trabajar de forma coordinada entre los expertos de las diferentes áreas, es mucho más efectivo.

El destacado académico ha orientado su trabajo a la investigación de la arqueología de complejas culturas prehispánicas en los Andes, la tecnología y la organización de la producción artesanal, análisis mortuorio, arqueología experimental, el papel de la ideología y la religión organizada en el desarrollo cultural y la interacción ecología-cultura.

Izumi presentó ayer en el encuentro de arqueología y etnohistoria, el trabajo “Pachacamac, su imagen, funcionamiento y habitantes”.

Cereceda devela tejidos demoníacos de las jalkas

En el marco del “Encuentro Internacional de Arqueología y Etnohistoria en los Andes y Tierras Bajas: Dilemas y miradas complementarias”, la antropóloga chilena Verónica Cereceda realizó una exposición magistral en la que se refirió a las imágenes tejidas del Ukhu Pacha (mundo interior semidemoníaco, por su traducción al español).

Cereceda habló específicamente a un ayllu (comunidad indígena, por su traducción al español) asentado entre los departamentos de Potosí y Chuquisaca, losjalkas.

En ese ayllu hay un grupo de tejedoras que presentó una transformación en su forma de percibir el mundo del supay (diablo, por su traducción al español).

Cereceda es antropóloga y directora de la Fundación Antropólogos del Sur Andino (ASUR). Vive en Sucre.

Antiguamente, las mujeres tejían figuras del mundo del supay en sus prendas de vestir, pero a la vez daban primacía a otros elementos de su entorno, por ejemplo sus actividades laborales, sus animales, sus dioses y demás.

No obstante, hoy las tejedoras presentaron un “cambio en el lenguaje sensible de la imagen”, dijo Cereceda, a tiempo de explicar que ahora sus prendas de vestir tienen más símbolos semidemoníacos que antes.

Cereceda presentó algunos tejidos actuales de las tejedoras en las que se observan representaciones semidemoníacas. Entre otras cosas se ve una especie de personajes aparentemente peludos, con cuernos, lenguas largas, entre otras características.

En las prendas de vestir que estudió minuciosamente la antropóloga predominaban el rojo y negro.

Tras su exposición magistral, la pregunta que planteó Cereceda a sus compañeros fue “¿Cómo pudieron inspirarse las tejedoras?”.

Este corto análisis de los tejidos que realizó Cereceda el pasado lunes en el Centro Cultural y Pedagógico Simón I. Patiño es fruto de un estudio que se prolongó por muchos meses e implicó recorrer a pie o en vehículos varias comunidades.

MÁS ACTIVIDADES Cereceda es una de los tres profesionales que fueron reconocidos por el Instituto de Investigaciones Antropológicas, el Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón y el Instituto Francés de Estudios.

martes, 25 de agosto de 2015

Dilemas del reencuentro arqueología-etnohistoria

El debate y los dilemas existentes en el reencuentro y la complementariedad de la arqueología y la etnohistoria en las investigaciones que realizan los profesionales de estas dos disciplinas en sus países y en Bolivia, centraron ayer las ponencias y las conferencias del Encuentro Internacional “Arqueología y Etnohistoria en los Andes y Tierras Bajas” que se inauguró ayer en el Centro Simón I. Patiño.

Tanto los ponentes invitados como los participantes, coincidieron durante la primera jornada del evento, que ni arqueólogos, ni antropólogos, ni etnohistoriadores pueden “caminar solos” para conocer el pasado y que en muchos casos se han dado grandes avances arqueológicos, pero que estos no han estado acompañados o avalados por investigaciones etnohistóricas y viceversa.

Este debate, precisamente es el objetivo de este encuentro internacional, organizado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas y el Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón (INIAM-UMSS) y que reunirá, hasta el viernes 28 próximo, a más de medio centenar de profesionales y expertos en estos campos de la ciencia procedentes de diferentes países: Argentina, Chile, Perú. Alemania, Hungria, Bolivia, entre algunos.

El encuentro se inició ayer con el homenaje a tres figuras reconocidas internacionalmente en las dos disciplinas: la historiadora boliviana Teresa Gisbert Carbonell, que no estuvo presente por problemas de salud; la directora del Centro Simón I. Patiño, Elizabeth Torres fue la encargada de hablar acerca de la trayectoria y aportes de Gisbert.

El historiador inglés Tristan Platt, por su parte entregó el reconocimiento especial a la antropóloga Verónica Cereceda (Chile), quien desde 1987 dirige en Bolivia ASUR y el Museo de Arte Indígena de Sucre.

Y finalmente, fue homenajeado Waldemar Espinoza, historiador peruano.

Cereceda y Espinoza ofrecieron ayer dos conferencias magistrales sobre “Imágenes tejidas del Ukku Pacha (mundo interior semidemoniáco) inquietudes planteadas a etnohistoriadores y arqueólogos, desde la etnología” y “Etnohistoria e historia andina, estado de cuestión”, respectivamente.

Participaron en la inauguración del evento autoridades municipales y departamentales.

Presentan investigaciones

Cuatro investigaciones arqueológicas y antropológicas realizadas en diferentes lugares, una en Argentina y tres en Bolivia, fueron presentadas ayer durante el encuentro.

“Los Baure: guerras, políticas y territorialidad”, una investigación en la región de Moxos de Beni sobre los vestigios hallados sobre la existencia de este pueblo en esa región, que datan de 300 años después de Cristo, concitó el interés de los participantes.

Carla Jaimes Betancur, docente de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz, detalló todo el trabajo que se realizó en la región beniana y las dificultades que enfrentaron para constatar los hallazgos arqueológicos sobre este grupo de pobladores, que poco aparece en los documentos.

Isabelle Combès, investigadora asociada del Instituto Francés de Estudios Andinos, por su parte, se refirió a las investigaciones en “Santa Cruz la Vieja”, que correspondería a toda la región que hoy se denomina Chiquitania.

Olga Ulrike Gabelmann, de la Universidad de Bonn, expuso acerca de la ocupación multiétnica del valle alto de Cochabamba.



Algunas conferencias a realizarse hoy

• 8:30 La epopeya de un fracaso: la expedición a los Chunchos de Pedro Anzúrez de Camporredondo. Vera Tyuleneva Perú (Rusia)

• 8:55 Pachacamac: Su imagen, funcionamiento y habitantes según arqueología y etnohistoria. Izumi Shimada, EEUU (Japón)

• 9:20 Fragmentando el Señorío Preinkaico de Carangas. Juan Eduardo Villanueva Criales. Bolivia

• 10:35 Lo andino en el desierto: historia, arqueología y sociedad en Tarapacá (500 a.C.-1450 d.C.). Mauricio Uribe Rodríguez, Carolina Agüero, Michel Sallaberry y Isaac Peña Villalobos (Chile)

• 11:25 Arqueología y Etnohistoria; encuentros, desencuentros y posibilidades metodológicas. María de los Ángeles Muñoz. Bolivia.

• 14:30 Danza y memoria en las comunidades Yampara-Tarabuco: Materiales etnográficos, históricos. Rosalía Martínez, Francia (Chile)

• 15:05 Raywana en su casa: el aspecto ritual de la redistribución andina centro peruana. Frank Salomon, EEUU.

Más de 60 arqueólogos y etnohistoriadores reunidos

La primera versión del "Encuentro Internacional Arqueología y Etnohistoria en los Andes y Tierras Bajas: Dilemas y miradas complementarias" se inauguró ayer en el Centro Cultural Simón I. Patiño.

En el marco de la apertura, a media mañana de ayer, el Instituto de Investigaciones Antropológicas y el Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón y el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), homenajearon a tres connotados investigadores: Teresa Gisbert, Verónica Cereceda y Waldemar Espinoza.

La primera, no pudo asistir al acto por problemas de salud, justificó la organización, sin embargo la directora del Centro Pedagógico y Cultural Simón I. Patiño, Elizabeth Torres, realizó una exposición respecto a Gisbert. “Teresa Gisbert, sinónimo de pasión y trabajo” era el título de su presentación.

Por su parte, el profesor emérito de la Universidad Saint Andrews, Tristan Platt, se encargó de homenajear a la antropóloga Verónica Cereceda, quien de forma posterior ofreció una conferencia magistral a la concurrencia.

“Imágenes tejidas del Ukhu Pacha (mundo interior semidemoníaco). Inquietudes planteadas a etnohistoriadores y arqueólogos, desde la etnología”, tituló su conferencia.

CULMINACIÓN Finalmente el evento que, hasta el viernes 28 de agosto, reunirá a 62 profesionales de al menos 10 diferentes países, cerró con una distinción a Waldemar Espinoza, un etnohistoriador que disertó ayer sobre la “Etnohistoria e historias andinas. Estado de la cuestión”.

sábado, 22 de agosto de 2015

PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ANTROPÓLOGOS 60 Estudiosos en la llajta

Más de 60 expertos internacionales se congregarán para discutir sus preferencias teóricas en temas de investigación etnohistórica y antropológica, en las instalaciones del Palacio Portales en Cochabamba.

"Los temas a exponer son tan variados como sus preferencias, países y temas de trabajo". dijo la coordinadora de esta cita, María de los Ángeles Muñoz.

Adelantó que el encuentro se realizará del 24 al 29 de agosto. Y por la relevancia del mismo se contará con la presencia del antropólogo inglés Tristan Platt, experto en investigaciones sobre campesinos y mineros de La Paz y Potosí. Junto a la antropóloga y arqueóloga alemana Olga V. Gabelmann, quien realizó estudios en el cerro K´ara k´ara (lugar de piedra) en Tarata, y concluyó que las perforaciones del lugar eran sitios de observación astronómica preincaica. Destaca además la presencia de Isabelle Combès, Martti Pärssinen, Mercedes del Rio, Frank Salomon, Bruce Mannheim, Theérèse Bouysse-Casagne, Izumi Shimada, José Luis Martínez, Axel Nielsen. A esta lista se suma la presencia de profesionales de Perú, Hungría, Argentina, Perú, Chile, Estados Unidos, Ecuador, Escocia, Suiza y Hungría.

Muñoz —manifestó— que por la magnitud del evento se esperan los arribos desde mañana. En cinco días abordarán en cuatro mesas de trabajo temas como: Problemas Metodológicos en la Interpretación Arqueológica y Etnohístórica, con énfasis en lo local. Las "otras fuentes" que tienen que ver con las no escritas, aporte del arte rupestre, de los Quipus. Poder político, intercambio y territorialidad. Finalmente espiritualidad, cosmovisiones y rituales. Se aprovechará el encuentro para reconocer el bagaje profesional del etnohistoriador peruano, Waldemar Espinoza, la chilena Verónica Cereceda y a Teresa Gisbert.

viernes, 21 de agosto de 2015

Video Total sobre restos arqueológicos

Se reúnen más de 60 antropólogos y arqueólogos

Durante seis días, 62 profesionales y expertos en antropología y arqueología, de reconocida trayectoria internacional y nacional, se reunirán en Cochabamba para transmitir sus conocimientos, intercambiar sus experiencias e inquietudes, además de debatir sus diferentes miradas y dilemas sobre las metodologías, las investigaciones y producción teórica en sus campos de trabajo.

Los más de 60 expertos participarán en cuatro mesas de debate que tendrán temáticas diferentes, además varios de ellos dictarán en la semana como 20 talleres, conferencias y charlas magistrales que contarán con la presencia de al menos 600 asistentes entre docentes y estudiantes universitarios procedentes de todo el país y el exterior.

Todas estas actividades son parte del Encuentro Internacional Arquelogía y Etnohistoria en los Andes y Tierras Bajas: Dilemas y miradas complementarias que se realizará del 24 al 29 de agosto próximo en Cochabamba, en el Centro Simón I. Patiño.

Durante este encuentro, organizado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas y el Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón (Iniam-UMSS) y el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), con el apoyo del Centro Simón I. Patiño y otras entidades, se rendirá homenaje a tres reconocidos profesionales e investigadores.

A la historiadora boliviana Teresa Gisbert Carbonell; a Verónica Cereceda, antropóloga y etnóloga chilena pero que vive en Bolivia y se ha dedicado a estudiar los tejidos indígenas, y al historiador peruano, especialista en historia andina prehispánica, Waldemar Espinoza Soriano. Los dos últimos estarán presentes y participarán del encuentro, Gisbert Carbonell no estará debido a problemas de salud.

María de los Angeles Muñoz, del Iniam-UMSS y del Comité Organizador del evento, señaló que es la primera vez que Cochabamba es sede de una cita de esta magnitud e importancia, debido que se tendrá la presencia y el acercamiento de maestros y representantes mundiales de la arqueología y la etnohistoria, como el antropólogo e historiador inglés Tristan Platt; la antropóloga y arqueóloga alemana Olga U. Gabelmann; y la antropóloga francesa Isabelle M. Combès de Guzmán.

TEMAS DE DEBATE EN LAS MESAS DE TRABAJO

Mesa 1. Problemas metodológicos en la interpretación arqueológica y etnohistórica, con énfasis en lo “local”. ¿Cómo la arqueología lee, interpreta (¿o ignora?) las fuentes documentales? ¿Cómo la etnohistoria utiliza (¿o ignora?) los datos arqueológicos?

Mesa 2: Las “otras” fuentes. ¿Cómo consideramos las otras fuentes no escritas, como arqueólogos y etnohistoriadores? ¿Cuál es el aporte del arte rupestre, de los quipus, de la iconografía de qeros, tejidos o cerámica, de los cueros, en la investigación arqueológica y etnohistórica?

Mesa 3: Poder político, intercambio y territorialidad. “Cuál la importancia de las rupturas, permanencias y nuevas manifestaciones, del rol de las mediaciones étnicas, de la territorialidad y control de recursos, así como de los contactos e intercambios intra e inter étnicos?

Mesa 4: Espiritualidad, cosmovisiones y rituales. ¿Es posible investigar las formas en que los antiguos pueblos entendían el mundo tanto desde los registros textuales, orales e iconográficos, como desde las fuentes materiales. ¿En qué difiere la información que nos ofrecen estas diversas fuentes?

Gobierno condecora a arqueólogos que identificaron a los "qellu runas"

El ministro de Defensa, Reymi Ferreira, condecoró con la medalla mariscal Andrés de Santa Cruz a los tres arqueólogos peruanos que identificaron los restos de los dos soldados bolivianos pertenecientes al Regimiento Sucre II de Infantería (qellu runas) que participaron en la batalla del Alto de la Alianza de 1880.

La autoridad expresó su agradecimiento al gobierno peruano por apoyar la repatriación de los combatientes bolivianos, un hecho, según Ferreira, que permite reafirmar la intención del país a volver a las costas marítimas.

"Reafirma la amistad permanente de dos pueblos que nacimos hermanos, es más, durante 10 años fuimos parte de un solo Estado. Esa medalla que tienen en el pecho se refiere al mariscal Andrés de Santa Cruz que fue un hombre que visionariamente quiso que Perú y Bolivia formen un solo Estado", manifestó Ferreira a los medios de comunicación.

El funcionario resaltó la carga simbólica que representó el recibimiento de los llamados "qellu runas", ya que "evidencia la verdad histórica: Bolivia peleó en esa guerra y fue un aliado leal y lo será siempre de la hermana república del Perú".

El pasado 17 de agosto los restos de dos soldados bolivianos fueron repatriados desde Perú. Tras su llegada se realizaron actos honoríficos en su memoria.

jueves, 20 de agosto de 2015

DE SOLDADOS BOLIVIANOS EN PERÚ Arqueólogos creen que puede haber más restos

Los tres arqueólogos peruanos que fueron condecorados ayer por el Ministerio de Defensa, por encontrar los restos de dos soldados bolivianos que combatieron en la Batalla del Alto de la Alianza (1880), abrieron la posibilidad de que haya más restos en el campo de la contienda bélica.

“En los años que vienen es posible que se desarrolle un segundo proyecto de investigación arqueológica de la guerra que se realizó en el Perú para hacer otros hallazgos, pero por lo pronto son los únicos tres encontrados”, dijo la arqueóloga, Patricia Vega Centeno.

Recordó que se sigue investigando la zona porque, a su juicio, no se debe olvidar que el Campo de Batalla del Alto de la Alianza es un gran cementerio.

Por su parte, el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, que entregó la condecoración “Mariscal Andrés de Santa Cruz”, en el Grado de Comendador de la Orden, dijo que platicando con los arqueólogos se abrió la posibilidad de encontrar otros restos que “deben existir en esa zona, donde murieron más de 3.000 soldados”.

“Para nosotros sería simbólico encontrar restos de soldados bolivianos en ese gran cementerio, tomando en cuenta que la primera línea estuvo defendida por el Regimiento Sucre, pero también estuvieron los Colorados, una de las unidades militares más simbólicas”.

Ayavirezamo, tras los pasos de un eslabón perdido de los incas

Una exploración científica se propuso llegar al sitio arqueológico casi desconocido de Cotasacha (Ayavirezamo) y seguir un tramo del Camino del Inca por la ruta de una expedición española que terminó en tragedia (1538-1539), mientras buscaba la riqueza de la región. Era parte del proyecto dirigido por la antropóloga e historiadora Vera Tyuleneva, cuyo resultado es el libro Buscando Ayavirezamo-Nuevos datos sobre la historia de Apolobamba.
El libro se presentará mañana, 21 de agosto, en el Auditorio Max Portugal de la Facultad de Ciencias Sociales de la UMSA a las 18:00. Es el resultado de una exploración geográfico-histórica realizada por Tyuleneva y un equipo a Cotasacha -en la antigüedad conocido como Ayavirezamo- ubicada en el Camino del Inca entre Apolo y San José de Uchupiamonas, dentro de los límites del Parque Madidi, entre septiembre y octubre de 2013.

El trabajo está divido en dos partes. La primera se aboca al Camino del Inca de Apolo a San José de Uchupiamonas y el sitio arqueológico Cotasacha; la segunda se denomina "La epopeya de un fracaso: la expedición a los ‘chunchos’ de Pedro Anzúrez de Camporredondo”, que transitó la ruta que figura en la primera parte.

"La idea era recorrer un camino inca. Según documentos coloniales tempranos, se sabía que era el extremo de la red vial inca en la parte más oriental, hacia la Amazonia; pero también existía la posibilidad de encontrar este centro inca. No se sabía de qué tipo, si era una población grande o un punto de control, pero se conocía su nombre Ayavirezamo”, detalla la autora del libro.

Según explica Tyuleneva, otros historiadores ya mencionaron su existencia en la zona. La idea era verificar si realmente estaba ahí y si se lo podía localizar, a diferencia del Camino del Inca del que se sabía estaba en ese territorio. Al llegar a Apolo, las dudas sobre la existencia de Ayavirezamo se despejaron porque los comunarios conocían el lugar.
Antes de la llegada de europeos a Apolobamba, al noreste del actual departamento de La Paz, fue un lugar de intercambios entre el mundo andino y las etnias locales, los "chunchos”. Luego, se convirtió en el centro de expediciones españolas que buscaban "noticias ricas”, según reseña el texto.
Durante la exploración de 2013 se realizó un registro fotográfico y satelital del recorrido, además de la elaboración de croquis y mapas que se incluyeron en el libro, además de otro material que pertenece a previas investigaciones. El proyecto de investigación fue patrocinado por el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade).
Para la vicepresidenta del Fobomade, Patricia Molina Carpio, la idea del proyecto surge en el marco de la necesidad de visibilizar la riqueza histórica, cultural, arqueológica y antropológica de los parques nacionales más allá de su valía como reserva biológica.
"Es una forma de contribuir abordando otro hallazgo que no es desde la biología, por citar un ámbito, y hacer un aporte para redimensionar la importancia de lo que hay en nuestro país en diferentes términos” comenta.
Hallazgos y preocupación

La exploración realizada en 2013 duró 11 días, el punto de partida fue Apolo y el de llegada San José de Uchupiamonas. Aunque la ruta en línea recta abarca alrededor de 70 kilómetros, el equipo transitó alrededor de 160 kilómetros por lo accidentado del terreno.
Al tercer día, el equipo pudo ver las estructuras de lo que fue Ayavirezamo, una pequeña fortaleza, un lugar periférico cubierto en gran medida por una tupida vegetación. Por lo que el equipo observó, se trata de edificaciones dispersas que cubren alrededor de cuatro hectáreas en donde lo más visible son dos muros de contención.
El primer dato importante de la investigación es la confirmación de la existencia del este lugar a partir de una búsqueda científica, ya que no existía comprobación. Su valor radica en ser uno de los puntos de control inca más alejados y que -al ser mencionado tantas veces en diferentes documentos históricos- aparentemente fue muy conocido en las primeras décadas después de la conquista española para luego desaparecer. En ese contexto adquiere un gran valor histórico.
Sin embargo, el estado en que se encuentra este centro arqueológico es lamentable. La autora menciona que si no se interviene en un futuro próximo se perderá en las próximas décadas. El equipo constató también excavaciones clandestinas recientes.


El segundo dato importante es la existencia del Camino del Inca sobre el cual existían informes y testimonios, éste tampoco estaba debidamente documentado ni trazado en un mapa.
Una expedición trágica
En cuanto a la segunda parte de la investigación, Tyuleneva explica que la expedición realizada por Anzúrez de Camporredondo fue la primera llevada a cabo en la zona y cuyo resultado fueron miles de muertos. Entre los datos registrados en la época se mencionaron desde 2.000 hasta 20.000 fallecidos.

"Hasta ahora no hubo una reconstrucción convincente de la ruta (...). La localización nos dice que esta expedición no llegó muy lejos y que fue más una tragedia, una empresa titánica mal planeada que llevó a muchas muertes. Parece que sólo cruzó el río Tuichi y se perdió”, argumenta la historiadora.
Se sabe que la expedición pasó por el valle de Apolo, por Ayavirezamo, siguió hacia el río Tuichi e intentó ir a la sierra por la orilla del afluente. Al parecer no tenían idea de la geografía de la zona o dónde se encontraban, según la investigación. La exploración de 2013 cubrió la parte central de la ruta transitada por Anzúrez.
El tercer dato importante de la investigación radica en la reconstrucción de ese tramo de la expedición realizada hace más de 450 años y de la que se tenían datos imprecisos.

Los desafíos y el resultado
El desafío más importante de la expedición en 2013 fue físico; el equipo tuvo que caminar durante días por un camino alejado de la civilización y sin ver a otras personas. Algunos se enfermaron, pero mantuvieron el espíritu.
"Lidiar con serpientes y arañas en la caminata y al tercer día empezar a ver los vestigios de este centro arqueológico fue un momento, sin duda, muy revelador. Otro detalle son las escalinatas casi perfectas que se encuentran en la ruta”, comenta el encargado audiovisual del equipo, Rodrigo Rodríguez.
Para la historiadora, ir tras los pasos de este centro arqueológico poco conocido y la ruta de la expedición española fue la realización de un sueño y uno de los mejores recuerdos de su carrera.

"No soy muy partidaria del término descubrimiento o redescubrimiento. Las personas del lugar sabían de la existencia de este sitio (Ayavirezamo), lo que es interesante es identificar el lugar y su importancia histórica”, finaliza.


Datos sobre la autora y la publicación
Vera Tyuleneva obtuvo el mágister en Antropología en la Universidad Europea en San Petersburgo y el doctorado en Historia en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Ha investigado la historia de los contactos entre los Andes y la Amazonia occidental. Su principal tema de interés es la leyenda del Paitití en el contexto histórico geográfico. En 2010 publicó el libro Cuatro viajes a la Amazonia Boliviana.
El prólogo de Buscando Ayavirezamo - Nuevos datos sobre la historia de Apolobamba corresponde al antropólogo Álvaro Diez Astete que estará en la presentación junto a José Coelho, director del Servicio Nacional de Áreas Protegidas; Isabelle Combés, del Instituto Francés de Estudios Andinos; Bruno Valdivia e Ignacio Vera, de la Sociedad Científica de estudiantes de Historia.
El libro también será presentado en Cochabamba el 24 de agosto en el Centro de Estudios Superiores Universitarios de la UMSS, calle Calama, E-0235, a las 19:00.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Proyecto de Catacumbas tiene una propuesta

La empresa Vela y Concep Asociados fue la única que presentó propuesta ayer, en el cierre del plazo, para el estudio de preinversión del proyecto de Restauración y Conservación Integral de Criptas y Catacumbas de la ciudad de Potosí.
En el patio del edificio central de la Alcaldía se realizó el acto de apertura de propuestas y solo una empresa respondió a la licitación lanzada por el Gobierno Municipal de Potosí, con un precio referencial de 310.000 Bolivianos que se encuentra en el documento base de contratación.
La comisión calificadora verificó los documentos exigidos y los requisitos técnicos, económicos, sociales y ambientales que presentó la empresa para este proyecto.
Se informó que la propuesta económica de la empresa representada por Edwin Díaz es de 305.000 Bolivianos y el estudio se terminaría en el plazo establecido de 90 días.
Marvin Torrejón, director de Patrimonio del Gobierno Municipal, informó que la comisión evaluará la propuesta y en un plazo de 72 horas elevará el informe a favor o en contra de la contratación de la empresa.
Explicó que se tendría identificado cuatro sectores donde existen catacumbas en el casco viejo de la ciudad de Potosí, el primero se encuentra entre San Agustín, colegio Pichincha, la Catedral y La Merced; el segundo entre el colegio Santa Rosa, Compañía de Jesús y el templo y convento de Santa Teresa; el tercero entre el templo de San Francisco y Copacabana y el cuarto ubicado cerca del templo de San Benito.
No se descarta la existencia de otros sectores con las mismas características de criptas y catacumbas que estarían en domicilios particulares del centro histórico, los que también serán investigados e insertados en el estudio.


martes, 11 de agosto de 2015

Sitio arqueológico Se inicia plan de conservación y preservación de Tiwanaku

Ayer, autoridades del Ministerio de Culturas y Turismo, junto a la Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y Culturas (Unesco), Alcalde Municipal y el Director del Centro de Investigación de Arqueología, Antropología, Administrativa de Tiwanaku (Ciaaat) anunciaron la implementación del Proyecto para la Preservación y Conservación de Tiwanaku y la Pirámide de Akapana.

El director general de Patrimonio Cultural del Ministerio de Culturas y Turismo, Marcos Michel, anunció que esta actividad fue coordinada con las autoridades municipales, comunitarias y la junta de vecinos de Tiwanaku, para lo cual del 10 al 14 de agosto, los expertos de la Unesco estarán visitando dicho lugar para socializar con la comunidad.

“Bolivia está tomando mucho énfasis en la atención a los sitios y los valores patrimoniales que encierran y esta reunión permitirá compartir con los expertos internacionales gracias a la guía de Unesco-Quito representada por Alcira Sandoval, con el fin de un diálogo franco además de reconocer con las comunidades locales, como vamos a tratar a nuestro patrimonio de Tiwanaku uno de los sitios más importantes a todo nivel", señaló Michel.

En tanto que la representante de Unesco-Quito, Alcira Sandoval manifestó que se encuentran muy contentos por la implementación del Proyecto que se realiza con el apoyo del Gobierno de Japón, monto económico que asciende a los 600 mil dólares que será destinado para la conservación del patrimonio mundial. “Es un proyecto que nos llena de esperanza porque sabemos que podemos hacer un aporte muy importante para la conservación y preservación de un sitio tan emblemático como es el sitio arqueológico Tiwanaku, que forma parte de la lista de patrimonio desde el año 2000”.

Sandoval mencionó también que posteriormente se hará la elaboración de informes, en los próximos dos años y medio, para acabar de ver los resultados de todas las actividades y durante este tiempo iremos presentando los progresos, logros y todos los proyectos que se van a ir avanzando.

Harán obras preventivas en Pirámide de Akapana

La pirámide de Akapana, que se encuentra en el sitio arqueológico de Tiwanaku, será uno de los primeros lugares donde se realizarán trabajos preventivos que son parte del Plan de Manejo y Conservación, que fue presentado este año a la Unesco.

Las acciones se darán después de una evaluación que realizarán, entre hoy y el viernes, tres expertos de esa instancia internacional.

Según adelantó el director ejecutivo del Centro de Investigaciones Antropológicas, Arqueológicas y Administración de Tiwanaku (CIAAAT), Julio Condori, respecto a un posible reinicio de excavaciones en el lugar, la pirámide "requiere una conservación preventiva antes de ponerla a exposición. Cuando se excava se da un cambio abrupto de temperatura constante a otras condiciones ambientales".

El director del CIAAAT dijo que se proyecta hacer excavaciones en algunos sectores específicos. Actualmente los lugares más afectados en la pirámide son en el norte y sur. "Este año pensamos implementar en el sector norte, la primera semana de septiembre. Lo que se hará es rellenar las cárcavas para que no afecten la estructura de la pirámide, pensando en la siguiente temporada de lluvias". Los trabajos se harán con fondos propios, que serán de entre 300 a 350 mil bolivianos



INTERVENCIÓN. De acuerdo con el responsable del sitio, cualquier investigación que se realice en el lugar, de ahora en adelante, tiene que incorporar el componente de conservación.

Condori aseguró que el deterioro que se ve en las piezas, esculturas y muros de Kalasasaya, se debe justamente a la exposición abrupta con excavaciones, por lo que "hay que tener una estrategia que nos permita mitigar todo eso".



Expertos de la Unesco apoyan conservación de Tiwanaku

Los técnicos harán una visita al centro arqueológico entre hoy y el viernes.

Con la llegada de tres expertos de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) se iniciará la ejecución del proyecto para la conservación y preservación de Tiwanaku y la pirámide de Akapana.

Ernestina Cortés, de México, además de Jordi Tresserras y José Ignacio Gallego, de España, son los tres expertos que se trasladarán al sitio arqueológico hoy y efectuarán un diagnóstico hasta el viernes 14. El propósito es que, alineados al plan que Bolivia presentó al Comité de Patrimonio Mundial, puedan sentarse las bases para la conservación del sitio y garantizar su preservación a largo plazo.

Se tiene prevista la conclusión de la primera fase hasta fin de año, mientras que las siguientes, serán llevadas a cabo en 2016 y 2017.



CONSERVACIÓN PREVENTIVA. De acuerdo con el director ejecutivo del Centro de Investigaciones Arquelógicas, Antropológicas y Administración de Tiwanaku (CIAAAT), Julio Condori, los técnicos de Unesco harán un diagnóstico de la situación actual del sitio. A partir de ello se agendarán las fases siguientes.

Tras una evaluación técnica preliminar, las tareas urgentes en Tiwanaku tienen que ver con acciones en el sitio, los museos y también en los depósitos, que están "muy descuidados".

"Quiero consolidar y estabilizar el deterioro activo que tiene ahora el sitio", dijo Condori.

Las medidas que se requieren tienen que ver principalmente con el factor climático en cuanto a sistemas de drenaje. Se informó que "cada día avanzan cárcavas especialmente en Akapana", por lo que se prevé implementar el proyecto desde el 1 de septiembre.

En los museos, asimismo, se busca la conservación de los bienes u objetos tanto del museo Lítico como del Cerámico. Para ello, actualmente se realiza un diagnóstico e inventario de las piezas.

La representante de Unesco-Quito, Alcira Sandoval, también llegó al país para inspeccionar las labores. Aseguró que los expertos apoyarán al proyecto en componentes de turismo comunitario, sostenible y cultural; educación y gestión de museos; gestión de riesgos y del sitio además de los aspectos documental y de conservación.

Por su parte, el director de Patrimonio Cultural del Ministerio de Culturas, Marcos Michel, resaltó que la actividad fue coordinada con las autoridades municipales, comunitarias y la junta de vecinos de Tiwanaku, para lo cual entre hoy y el viernes, los especialistas visitarán el sitio para socializar con la comunidad.

Para la ejecución de acciones, el Gobierno Japonés otorgó un financiamiento de 690 mil dólares, monto que será empleado en los casi tres años de duración que se planificó para la implementación del Plan de Manejo y Conservación.



EL PLAN FIJA 30 MESES. El Plan de Manejo y Conservación del patrimonio arqueológico de Tiwanaku se desarrollará en 30 meses, según se definió en junio pasado, en el encuentro entre autoridades nacionales y regionales, con la directora de la Unesco-Quito, Saadia Sánchez Vegas.

Ayer se informó que se tienen previstas otras misiones de los expertos de la Unesco en los próximos dos años y medio para ver los resultados de las actividades.

domingo, 9 de agosto de 2015

Viceministerio consolida equipo para recuperación de piezas patrimoniales

El viceministro de Interculturalidad, Ignacio Soqueré, anunció que se contratará un equipo técnico de especialistas para recuperar al menos 50.000 obras arqueológicas, que son patrimonio de Bolivia y que fueron arrebatadas del país.

Este mes los expertos iniciarán su trabajo para que en tres meses presenten resultados.

"Extraoficialmente tenemos más de 50.000 piezas arqueológicas sacadas del país es por eso que estamos haciendo esas gestiones para que vuelvan nuevamente a Bolivia. Vamos a contratar un equipo de especialistas (...) que saben cómo se tiene que hacer el registro, el inventario, hacer fichas investigación bibliográficas e identificar donde se encuentran esas piezas", explicó a medios estatales.

Detalló que esas piezas de cerámica, piedra, cuadros, pinturas, entre otras se encuentran en Europa y Norte América.

"Para nosotros son piezas que tienen mucho significado para nuestro pueblo indígena y es por eso que nosotros debemos destacar que significa mucho", subrayó.

RECUPERACIONES

Recordó que en noviembre de 2014, después de permanecer 156 años en Suiza, la Illa Tunupa retornó al país, pieza que fue arrebatada en 1858 por el diplomático suizo Jacob Von Tschudi, que se llevó sin el permiso de nadie la Illa a su país, donde permaneció por más de siglo y medio primero en su casa y luego en un museo.

"Justamente se han hecho las gestiones para recuperar nuestro patrimonio cultural que ha sido sacado ilegalmente por nuestro país, por el ejemplo de la Illa del ekeko que ha sido gestionado por nuestro presidente pues actualmente se encuentra en nuestro país y mucho más", apuntó.

sábado, 8 de agosto de 2015

Santa Cruz Destruyeron un yacimiento arqueológico

La secretaria de Desarrollo Humano de la Gobernación, Paola Parada, denunció la destrucción del patrimonio cultural guaraní, la violación de los derechos de los pueblos indígenas de Santa Cruz y la negligencia de la empresa petrolera Total en la excavación y no conservación del yacimiento arqueológico en el campo Incahuasi II, en el municipio Lagunilla de la provincia Cordillera.

Parada rechazó el “reentierro” de los restos óseos y el movimiento de la tea (por donde salen los gases contaminados), sin haber definido mediante una investigación el perímetro del yacimiento arqueológico.

Los restos datan de 300 años ante de Cristo, 200 y 500 años después de Cristo, destruidos por maquinaria pesada y depositados en cajas sin los cuidados necesarios, según Parada.

La autoridad resaltó que se exigió una investigación para delimitar el yacimiento, por lo que en varias ocasiones solicitó al Ministerio de Cultura el plan de manejo arqueológico, el plan de mitigación y la autorización para que la Gobernación entre al pozo Incahuasi II para hacer las investigaciones y hasta la fecha no hay respuesta.

El arqueólogo Danilo Drakic, apuntó que el daño ya está hecho. “La Total recién contrató a un equipo que está en el proceso de limpieza. Han reconocido que no siguieron las normas establecidas”, indicó.

Dijo que se hallaron 78 cuerpos que están en 34 cajas. “Se ve solo huesos, no se sabe de quiénes son y a qué zona pertenecen y estos datos son importantes para reconstruir la historia y los fenómenos sociales que sucedieron”, concluyó

viernes, 7 de agosto de 2015

El país rescatará 50.000 piezas arqueológicas

El viceministro de Interculturalidad, Ignacio Soqueré, anunció el jueves que se contratará un equipo técnico de especialistas para recuperar al menos 50.000 obras arqueológicas, que son patrimonio de Bolivia y que fueron arrebatadas del país.
"Extraoficialmente tenemos más de 50.000 piezas arqueológicas sacadas del país es por eso que estamos haciendo esas gestiones para que vuelvan nuevamente a Bolivia. Vamos a contratar un equipo de especialistas (...) que saben cómo se tiene que hacer el registro, el inventario, hacer fichas investigación bibliográficas e identificar donde se encuentran esas piezas", explicó a medios estatales.
Detalló que esas piezas de cerámica, piedra, cuadros, pinturas, entre otras se encuentran en Europa y Norte América.
"Para nosotros son piezas que tienen mucho significado para nuestro pueblo indígena y es por eso que nosotros debemos destacar que significa mucho", subrayó.
Recordó que en noviembre de 2014, después de permanecer 156 años en Suiza, la Illa Tunupa retornó al país, pieza que fue arrebatada en 1858 por el diplomático suizo Jacob Von Tschudi, que se llevó sin el permiso de nadie la Illa a su país, donde permaneció por más de siglo y medio primero en su casa y luego en museo.


miércoles, 29 de julio de 2015

Tomarán acciones para salvar las qollqas incaicas



Representantes de la Alcaldía de Colcapirhua y de la Dirección de Cultura, Interculturalidad y Descolonización de la Gobernación verificaron ayer la destrucción de al menos 100 qollqas o silos incaicos en el sitio arqueológico de Quenamari, espacio protegido por la Ley Nacional Nº 3479 desde el año 2006.

Después, del recorrido se acordó realizar una mesa de trabajo el viernes en la Gobernación, a fin de tratar las acciones concretas a tomar para cumplir con la protección de este bien patrimonial, siendo ésta la segunda denuncia oficial de su pérdida.

En la reunión se prevé la participación del Instituto Nacional de la Reforma Agraria, un representante de la Séptima División, el Municipio, Gobernación y los dirigentes de Esquilán Grande donde se ubican 1.000 qollqas.

El director Jurídico de Colcapirhua, Jorge Vargas, explicó que se trabajarán en informes técnicos y legales acompañados del muestrario fotográfico para iniciar acciones legales. La Dirección de Culturas de la Gobernación recomendó el uso de letreros donde se indique que esta zona es un espacio arqueológico.

Dos mujeres de la comunidad de Esquilán Grande que llegaron al finalizar la inspección reclamaron por la visita inesperada.

Una de ellas afirmó que en varias oportunidades autoridades visitaron el lugar, pero que nadie hizo nada en casi 14 años.

El jefe de Desarrollo Humano de Colcapirhua, Roberto Gandarillas, indicó que existe la posibilidad de disponer de resguardo militar. A pesar de la gran riqueza arqueológica de Colcapirhua aún no se tienen los recursos económicos necesarios para invertir en la recuperación.

Expertos de tres países sugieren mejorar la gestión de Tiwanaku

La antropóloga argentina María Moya, el geólogo brasileño Rualdo Menegat y el arquitecto boliviano Gonzalo García sugirieron explotar la potencia patrimonial de Tiwanaku, tanto en su aspecto material como inmaterial. Además, propusieron mejorar la gestión en temas como la investigación y la oferta turística, entre otros.
Los expertos internacionales llegaron a La Paz con motivo de la quinta edición de las Jornadas del Mercosur sobre Patrimonio Intangible / Inmaterial, que en esta ocasión se denomina El alma de los pueblos.
Así, uno de los temas centrales del encuentro es la cultura tiwanakota. Los especialistas disertaron sobre aspectos como su arqueología, su tecnología y su valor en la actualidad. Además se realizó una visita al lugar el pasado fin de semana.
"Tiwanaku es un lugar que, para toda la humanidad, tiene que estar puesto en valor. Sin embargo, los profesionales que trabajan ahí, arqueólogos, ingenieros, geólogos, necesitan apoyo”, dijo Moya, quien también es asesora cultural del Ministerio de Cultura de Argentina.
Para la antropóloga, ese apoyo tendría que llegar no sólo desde el sector público sino también desde el privado. "Este sector tendría que involucrarse más. Es un trabajo preciso, con dedicación, compromiso y pasión, pero con un esfuerzo muy exagerado, cuando podrían facilitarse las condiciones de trabajo”, dijo.
La especialista argentina sugirió, además, crear una estrategia multinacional con los países vecinos. "Plantear más proyectos binacionales. Por ejemplo, con Perú, porque comparten una región y esa colaboración bilateral podría ser beneficiosa. También con otros organismos internacionales que tendrían que interesarse más por esta gran riqueza cultural que tiene Bolivia”, acotó.
Moya destacó la riqueza patrimonial de las culturas andinas, que debe ser difundida a través de diversos medios para sensibilizar sobre su protección y cuidado. "Nosotros, los latinoamericanos, tenemos que conocer la riqueza cultural, en primer lugar, para mostrarla al mundo, defenderla y protegerla”, afirmó.
Por su parte, Menegat, también investigador de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, resaltó la influencia de Tiwanaku en culturas posteriores como la incaica.
"Mi sueño era ver Tiwanaku, de donde los incas aprendieron todo, porque el proceso civilizatorio andino es de acumulación de saberes ancestrales para la ocupación de una de las regiones más inhóspitas del planeta”, aseguró el geólogo.
Sin embargo, Menegat, quien realizó muchos estudios sobre la construcción de Machu Picchu, lamentó que no se le dé a Tiwanaku la importancia que merece.
"Aún no es bien entendida la importancia que Tiwanaku tiene para las culturas andinas. Además, merece, desde el punto de vista de la preservación del patrimonio, mucho más relieve. Digo esto porque es difícil llegar a Tiwanaku desde La Paz, no hay transporte”, aseguró.
Así, sugirió mejorar la gestión de los servicios turísticos que tiene esa población, tanto para visitantes esporádicos como para investigadores. "Creo que debería haber inversión y promoción mayor de Tiwanaku, con un gran patrimonio de parte de los actuales tiwanakotas. Más automóviles y espacios para hospedarse, porque ahora hay que ir y volver en el mismo día”, puntualizó el experto.
Por último, el otro especialista, Gonzalo García, aseguró que se debe profundizar en el aspecto intangible o inmaterial de este patrimonio. "La cultura tiwanakota es una de las culturas más antiguas y ancestrales de nuestro continente. No podemos verla sólo como un montón de monumentos de piedra muy lindos y espectaculares, sino que tenemos que ver quiénes han construido eso y qué capacidades tenían”, dijo.

El arquitecto resaltó que es importante investigar sobre los tiwanakotas antiguos. "Tenemos que recuperar la esencia, el ajayu, de nuestra cultura, porque no se puede querer lo que no se conoce”, finalizó.

Especialistas en patrimonio intangible

Argentina María de los Ángeles Moya es antropóloga, asesora cultural de patrimonio inmaterial del Ministerio de Cultura de Argentina.
Brasil Rualdo Menegat es especialista en estratigrafía, epistemología de la geología y geología urbana y ambiental.
Bolivia Gonzalo García es arquitecto y representante de la Fundación Emegece.
Encuentro Hoy, en las Jornadas del Mercosur, se expondrán sobre temas como la gestión cultural en municipios del departamento de Oruro, en el centro histórico de Cusco (Perú), en Coloma (Argentina) y en Paraguay.

martes, 28 de julio de 2015

Inspeccionarán qollqas para corroborar el daño

La Dirección de Cultura, Interculturalidad y Descolonización junto con la alcaldía de Colcapirhua realizará hoy una inspección al sitio arqueológico de Quenamari a objeto de verificar el daño después de la destrucción de 100 silos de una reserva de 1.000 del sector.

El responsable de esta dirección, Jaime Zambrana, explicó que tras sostener ayer una reunión con el Alcalde de este municipio se pretende elaborar un informe técnico y legal para derivarlo a Asesoría Jurídica de la Gobernación y comenzar con la investigación de los autores del daño al patrimonio.

“A partir de la Alcaldía se está desarrollando una delimitación y esto se tiene que cruzar con otra información que tenemos”, dijo Zambrana refiriéndose a los datos sobre terrenos en disputa en el sector y la posibilidad de realizar cerca la planta de residuos sólidos del eje metropolitano. De momento esta dirección cuenta con el Plan de Conservación de los Sitios Arqueológicos en el Valle Bajo que se inició en 2013, cuestionado por la población de Esquilán Grande por falta de participación social.

El director de Cultura se comprometió a trabajar en coordinación con la Alcaldía para evitar este tipo de hechos; sin embargo, reconoció que el loteamiento y la falta de presupuesto son los principales problemas. En 2013 hubo una primera denuncia ante la Fiscalía por un primer daño a este espacio arqueológico. La segunda se presentó hace tres semanas con la destrucción de 100 qollqas incaicas.

domingo, 26 de julio de 2015

Qollqas están en vías de desaparecer


El abandono y descuido de las autoridades nacionales, departamentales y municipales provocó que al menos 100 qollqas o silos incaicos de maíz, de una reserva de 1.000 en Quenamari, ubicadas al sur del municipio de Colcapirhua, fueran destruidas completamente.

Así lo denunció el arqueólogo Marco Irahola, contratado por la Alcaldía a insistencia de los propios dirigentes de Esquilán Grande, donde se hallan estas piezas arqueológicas, para realizar por primera vez un relevamiento arqueológico para tener un mapa que determine el espacio en el que sitúa este patrimonio incaico.

“Como comunidad ya hemos perdido la esperanza que las autoridades puedan hacer algo, por eso hemos contratado un arqueólogo y vamos a hacer una delimitación para ver hasta dónde y cuándo van a dignarse las autoridades hacer algo con el sitio”, aseveró el dirigente de la zona, Roberto Rocha.

Las qollqas conocidas como silos o espacios de almacenaje servían a los incas para guardar sus alimentos recién cosechados, principalmente granos en el siglo XV, para que después sean transportados hacia otros departamentos del país y así atender las necesidades de alimentación de la población de la época.

Irahola indicó que este atentado se produjo porque aún existen personas que no reconocen el espacio como patrimonio y por el conflicto de tierras en una parte donde están las qollqas. Asimismo, lamentó que a pesar de haber hecho una representación a la Dirección de Cultura, Interculturalidad y Descolonización de la Gobernación aún no hayan acudido a realizar una inspección en el sitio para constatar el daño.

En la zona afectada, las piedras circulares de un diámetro de entre tres a tres metros y medio fueron removidas, quedando espacios vacíos visibles a simple vista. En otros casos el tiempo y la falta de políticas de preservación han deteriorado los vestigios arqueológicos.

Rocha aseguró que si la situación continúa de esta manera, con el tiempo desparecerá lo que queda de las qollqas que aún existen, corriendo el riesgo de quedar en el olvido. En la zona ya existen tres generaciones de personas que tienden a expandirse y ven como una opción el sitio de las qollqas. Sin embargo, pese al riesgo de la proliferación de asentamientos, no hay acciones de prevención.

Esta situación de destrucción del patrimonio arqueológico y arquitectónico no sólo se presenta en Quenamari, sino en el mismo centro de la ciudad donde hace más de un mes se derrumbó una infraestructura colonial en la cera este de la plaza 14 de Septiembre a vista de las autoridades municipales y departamentales. Lo mismo ocurre en el municipio de Tarata donde ahora se aprecian edificios, mientras desaparecen las casonas coloniales.

Ante esta situación, Irahola pidió a los responsables del cuidado de estos sitios arqueológicos comprometerse con su resguardo, mediante la aplicación de políticas y con planes aplicables con visión futura.



NADIE HACE CUMPLIR LA NORMATIVA

El Concejo Municipal de Colcapirhua emitió la Ordenanza 021/99 el 1º de octubre de 1999 que declaró al cerro de Quenamari o La Maica de una superficie de 153,6 hectáreas como “reserva ecológica forestal con destino a la creación de un gran parque y área de esparcimiento”. Continúa: “queda terminantemente prohibida la construcción en este lugar, debiendo el ejecutivo municipal controlar permanentemente, procediendo a demoler cualquier construcción”.

En septiembre de 2006, el presidente Evo Morales promulgó la Ley Nº 3479 que declara “Monumento Arqueológico Nacional a los sitios arqueológicos incaicos de Cotapachi Central, Kharalaus Pampa, Jahuintiri, ubicados en el municipio de Quillacollo; Quenamari en el municipio de Colcapirhua; e Incarracay en el municipio de Sipe Sipe de la provincia Quillacollo del departamento de Cochabamba”. A pesar de contar con estas normativas que obligan a la preservación de estos sitios para evitar daños irreparables, las acciones para respetarlas son escasas, nulas o quedan en intenciones.