lunes, 15 de septiembre de 2014

TARIJA, EL VALLE DE LOS MASTODONTES

Llamamos a Tarija el Valle de los Mastodontes, porque constituye un cementerio de estas grandes bestias, superiores en tamaño a los actuales elefantes. Estos animales prehistóricos vivieron en la era de los mamíferos, era Cenezoica y Antropozoica - Terciario y Cuaternario, prosperando más en los niveles del período pleistocemco Los yacimientos fósiles así lo demuestran. Grandes y pequeños mamíferos llegaron al valle central de Tanja, atraídos por la flora y la abundancia de fuentes de agua con ríos caudalosos que presentaba en aquel tiempo e valle Un gran lago rodeado de vegetación, lugar ideal para recibir a esta migración de gigantes que

llegaban de Asia, pasando el estrecho de Behring y de allí hacia el sud, escapando de los movimientos telúricos, fenómenos naturales y atmosféricos en busca de un lugar adecuado para vivir y preservar su existencia por miles de años más. Estas bestias no constituyen la única especie viviente en el valle en aquel período, porque a su lado se encuentran restos fósiles de grandes Megaterios, gigantes desdentados pilosos, pesados Gliptodontes, tigres o esmilodontes, osos, ilodontidos, etc., etc. Estos vivieron mientras el valle mantuvo sus ricas fuentes de agua y alimentación, cuando estas se agotan y secan, aproximadamente por el periodo Holoceno hace unos 20.000 años atrás, las bestias, sin medios para seguir con vida, murieron o partieron; dejando sus huesos, hoy fósiles, como testimonio de su existencia en los sedimentos que actualmente constituyen nuestro valle tarijeño. La mayoría de estas especies dejaron para la ciencia gran cantidad de restos fósiles que son el punto de partida para la investigación de su vida y su período evolutivo, algunas especies buscaron nuevos ambientes para seguir su existencia, así los cordilleranos, Mastodontes cuyos restos están por las regiones más altas de Bolivia. Los mamíferos fósiles de Tarija se encuentran en los lugares erosionados por toda la cuenca de Tarija, Concepción y Padcaya. Los encontraremos, cuando las aguas lavan a tierra y dejan al descubierto partes del esqueleto, costillas, colmillos y mandíbulas fósiles, que en mayor grado son de mastodontes; para los geólogos, paleontólogos, una historia apasionante, escrita en los fósiles, para el estudiante investigador y turista un descubrimiento asombroso. Una parte de la gran variedad de especies de mastodontes que habitaron Tarija, fueron estudiadas y descritas muy sucintamente, otras aún no son conocidas. Los primeros fósiles fueron encontrados por los Jesuítas durante el siglo XVII, luego cientos de coleccionistas, científicos y curiosos siguieron extrayendo varias piezas fósiles que fueron a dar a diferentes partes del mundo, como el famoso Museo de Historia Natural de París. En la actualidad no hay expedicionario que salga en busca de fósiles y regrese con las manos vacías, es por esto que se puede afirmar que Tarija es el yacimiento fosilífero más rico del mundo, donde los mastodontes encontraron su vida por mucho tiempo, posteriormente emigraron, pero la mayoría murió en este plácido valle. Estirpe de gigantes, Los mastodontoides Los mastodontoides cuentan con diversas familias: Mastodontidae, Trilopdontidae, Humboldtidae, Serridentidae, etc., de ellas sólo nos referiremos a estas últimas, por haberse encontrado sus restos en diferentes niveles del Terciario y Cuaternario de Tarija y la Patagonia Argentina. El Origen de los mastodontes en general, era hasta no hace muchos años casi totalmente desconocido, se los conceptuaba como un grupo de mamíferos aberrantes, pero los descubrimientos practicados en el Eoceno y Oligoceno de Egipto, han permitido aclarar en parte el problema, en base a los hallazgos de formas primitivas como el paleomastodontes phiomia. Los paleomastodontes constituirían otro tronco que dejó diversos vástagos, cuya numeración es de forma muy variada y de cepas tan diferentes que escapan a la índole de este trabajo para conocimiento general. América del Sud ha recibido corrientes emigrativas de mastodontes cuyos despojos han sido hallados en varios países; en nuestro valle de Tarija, la cantidad es asombrosa, en especial predominan los mastodontes de hábitat de cordillera (cordillerion) también se encuentra por todo el territorio nacional, donde existen depósitos terciarios y cuaternarios. En Brasil, Chile, Uruguay, también se encontraron ambientes propicios por lo que se conocen varias especies con características propias. En Tarija y la Patagonia Argentina es donde, al parecer, adquirieron mayor distribución y propagación, durante el Terciario superior y todo el Cuaternario, tan rico en huesos fósiles. Los mastodontes de Tarija, corpulentos, con largas defensas y otro con astas recurvadas, fueron descritos en el estudio del científico Marcellin Boule, profesor del Museo de Historia Natural de París - Francia, con trabajos de laboratorio de A. Thevenin, cuya misión científica estudió parte de los mamíferos fósiles de Tarija por el año de 1920. Podemos citar, así, el Mastodon Andium, Hippidium, Onohippidium, Equus Andium, Onopidium Equus, Smilodon, Edentes Gravides, Lestodon Scelidotheriu, Toxodon, Macrauchenia, Auchénides, etc., etc. Son también interesantes los estudios del científico Dr. Florentino Ameghino, muy importante en la Patagonia Argentina y algo de Tarija. Los del Profesor Carlos Rusconi, cuya descripción y estudio de los seres que han prosperado en Mendoza-Argentina y algunos de Tarija. Hace millones de años atrás, como el Mastodon Cuvieronius andum que debió tener una medida aproximada de 4 metros de longitud desde la frente a la pelvis y más de 6 metros desde la punta de la trompa a la cola en su extremidad, la altura de 3 metros a 2.50 por la anca, su esqueleto fósil fue encontrado en la localidad de Ancón, propiamente en el cruce de la carretera de Padcaya al valle de Concepción. El original de este animal fosilizado se encuentra en el Museo de Tokio - Japón y su réplica está en nuestro Museo de Historia Natural dependiente de la U.J.M.S. Tarija. Tarija es muy rica en fósiles y, por ello, famosa en el mundo de la ciencia. 1997 Del libro “Así es Tarija”. Cimar Aguirre, Tarija, 1997


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