domingo, 7 de diciembre de 2014

Solo tienen cinco lados: El misterio de los dados andinos

Cuando hablamos de dados, todo el mundo se imagina los dados convencionales de seis lados. Se dice que su origen fue Persia, pero la historia nos dice también que fueron muy utilizados en Roma y Grecia, utilizados como un juego de azar.

Sin embargo, las culturas de esta parte del continente tuvieron sus propios dados y no precisamente para juegos de azar, aunque también los usaban.

Los de esta parte del planeta Tierra encerraban un misterio mayor, un enigma, les ayudaba a descifrar, incluso, el futuro. Pero no solo eso, los dados tenían que ver mucho con la comunicación con los muertos.

ANTECEDENTES

Para descifrar este misterio, recurrimos al especialista en museología y museografía de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Genaro Huarita Choque, quien hizo una investigación al respecto y la denominó: "Dados oraculares andinos".

Él trabajó como investigador adscrito del Instituto de Investigaciones Antropológicas del Museo Arqueológico de la UMSS. El 2012 publicó trabajos sobre juegos andinos. En 2013 dirigió un proyecto de la pichcas (cinco) y los palamares: "Ritos funerarios de los Andes".

Esa investigación fue plasmada como un trabajo de grado en el diplomado de Museología y Museografía. Fue un proyecto de aplicación, ya que en 2012, durante su recorrido en los centros museísticos y centros comunitarios se documentó sobre las colecciones, otras fueron adquiridas en el recorrido y muchas otras piezas se hicieron de reproducción una vez en contacto con museos de otros países, como el Museo Etnográfico de Berlín, el Museo Miluco en la Argentina.

En esos repositorios, Huarita logró obtener mayores datos de esos objetos, para tener una colección completa y una clasificación tipológica y morfológica de cada uno de los elementos.

A partir de ello, hizo un estudio cronológico y corolario de los objetos desde los tiempos más remotos de la época prehispánica y otros que datan del horizonte medio, es decir, del año 1100.

Asimismo, existen objetos coloniales, muy contemporáneos y que aún son empleados por ritualistas o sacerdotes religiosos como entes mediadores entre las personas y las entidades sobrenaturales, espirituales y divinas.

MISTERIO

El dado de los Andes tiene cinco lados y no seis como el convencional. Tienen distinta forma y en algunos casos no fueron ni siquiera labrados artificialmente, sino tal cual se encontraron en la naturaleza, por eso se le dio cierta sacralización, rituales de compensación y súplica.

Uno de ellos, es por ejemplo el "Cunchur Rumi". Es una piedra ceremonial hallada al ingreso de la cueva de Jaqu Vinto, próxima al enterratorio indígena Vila Jaqi (Piucha-Challapata). Fue utilizada como inicio de apertura del ciclo agrícola.

A partir de esos objetos, los sacerdotes empiezan un diálogo con las divinidades, a presagiar, cuáles son los augurios que se tiene para el año venidero. Así como el clima, tal cual ocurre con el "Pichca policromada". Era pintada de negro en los bordes, líneas blancas al medio, en sentido zigzagueante y rojizo al otro extremo. Representa truenos, rayos, lluvia. Si se muestra una de las caras con la figura mencionada, era la voluntad divina.

En función a ello, la comarca tomaba previsiones respecto al cambio de clima.

ORIGEN

Respecto al origen de este tipo de dados andinos, no existe un inicio específico. Los restos más antiguos se encontraron en la cultura moche, desarrollada en la costa del antiguo Perú, en el siglo III.

Se encontró en esta cultura prehispánica, cerámica escultórica, muchos sacerdotes, pumas y zorros que están es estos tocados, manipulando los objetos. Al lado están frejoles, maíz y aves que vaticinan el comportamiento ambiental.

TIEMPO

El tiempo de expresión de los dados andinos, está en los ritos funerarios o mortuorios, es cuando el difunto deja este mundo y parte a una nueva vida. La forma para dar ese tránsito, ese pasaje, son estos objetos, principalmente en el contexto kollla altiplánico y aymara, como es el astrágalo, denominado también como "Carni Pichca".

Es un dado del hueso astrágalo de llama denominado "carni, chunculu, tullu, burrito, taba o carni pichcana. Está construido en función a los tiempos míticos, la creación del mundo andino, la creación del cosmos.

Por otro lado, en los ábacos (contadores) que se encontraron, predominan cinco hoyuelos. Son colecciones de piedra, en calabaza o madera y otros están trabajados en suelo llano, escarbados los hoyuelos.

El numeral está basado en el cinco. Se juegan en los ritos funerarios hasta el quinto día, por eso era el "pacarico" cuando se dice que era la persona que volvía a nacer.

Después de muerto en la vida terrenal, en la vida de los vivos, vuelve a nacer en el mundo espiritual. Hasta el quinto día se velaba a los difuntos y hasta el quinto día también, había que jugar. Lo que ahora podemos llamar el velatorio y el lavatorio.

Respecto a los dados, hay algunos que daban un buen augurio y otros, el mal augurio. Hay lados que representan cierto apoyo de otros espíritus y es cuando se dan las oraciones o rezos.

También representaba la forma de hablar del difunto a partir de ese objeto. No se mostraba el azar del dado, sino se expresaba la voluntad del muerto en el objeto.

El juego era en grupo, en parejas o individual. Todo estaba en función a la organización que daba el doliente, para saber cómo le estaba yendo al difunto en la otra vida.

Era también para hacer ciertas reparticiones de los bienes materiales del difunto. Al ganador se le confería la potestad de decidir qué es lo que se iba a hacer con las pertenencias del fallecido, porque se creía que el difunto le designaba la suerte de sus cosas, a la persona que ganaba el juego.

DIFUSIÓN

Este tipo de juego o comunicación con los muertos se extendió a otras culturas, como el Tahuantinsuyu. Variaban la forma de los objetos. Hay colecciones con el modelo araucano y mapuche. En Viluco, Salta y Tucumán se encontraron ese tipo de objetos, principalmente en los sectores conocidos como enterratorios o en grutas donde se manifestaba el oráculo. En el caso del hueso de llama o astrágalo se encontró en comunidades tradicionales. Era de res o de llama.

En el Ecuador, el hueso de llama era cilíndrico denominado "pichca waro". Su forma es hexagonal, pero solo tenía cinco lados. En el sector del Cuzco, los dados tenían una forma trapezoidal. Mientras que una pieza en forma de cilindro óseo se halló en Quillacollo, Cochabamba, data entre el año 600 y 1100 después de Cristo.

Por otro lado, hay otro elemento que se tiene a la vista en Bolivia y es usado en velatorios o recordatorios de los difuntos, como es el Huayruru, representa el encuentro del mundo de los vivos y los muertos, la relación entre la luz y la sombra.

En el departamento de Oruro, también se encontraron los dados, hechos de cerámica. Uno de ellos fue hallado en el tambo real incaico de Paria.

EXPOSICIÓN

Todas esas piezas descritas como los "Dados oraculares andinos", serán presentadas en una exposición en la ciudad de Oruro, a partir del viernes 12 de diciembre en el Museo Antropológico "Eduardo López Rivas", situado en la zona Agua de Castilla.

Son 20 piezas las que formarán parte de la exposición divididas en cinco vitrinas.





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