domingo, 21 de diciembre de 2014

Cómo, desde hace 25 años, Bolivia recuperó la figura de la Illa Ekeko

Estuvo como secuestrada 156 años y tuvo que pasar un cuarto de siglo para recuperarla. Su cuerpo estaba en Europa, secuestrado. Su alma, su energía, se recuperaba en Chuquiyapu marka casi clandestinamente. Carlos Ponce Sanginés, en su libro Tunupa y Ekeko (1989) advirtió que nuestro Ekeko estaba fuera de su casa, porque hacía referencia a otro libro europeo, de Paul Emile Schazmann: Jean-Jacques de Tschudi: Explorateur, médecin, diplomat (1956).
Pasó más de una década y nada. Recién a inicios del siglo XXI se generó un movimiento culturalista que promovía la recuperación de la Illa del Ekeko, encabezado por Vladimir y Olga Colque, Teresa Coaquira, Edmundo Pacheco, Marcelo Zaiduni y personas ligadas a las celebraciones de la Feria de Alasita.
¿Dónde estás Equeco Tunu?
En mi estadía en Ginebra, Suiza (2011-2012), cuando trabajaba en la misión boliviana ante organismos internacionales, un amigo boliviano, Marcelo Zaiduni, desde la Cancillería me escribió acerca de una presentación, en 2010, del video documental ¿Dónde estás Equeco Tunu”, producido por el comunicador aymara Cancio Mamani, que escenificaba el secuestro de la pieza lítica tiwanacota por un suizo, hace 156 años, y que por esas fechas unos yatiris estarían pidiendo su retorno.
Marcelo me pidió verificar si realmente estaba allí la pieza, y me envió tres páginas del libro de Ponce Sanginés, quien refería al arqueólogo norteamericano John Rowe acerca de una pieza que se encontraba en el Museo de Historia de Berna. Se trataba del suizo Jacob von Tschudi, un viajero diplomático, quien en su paso por Tiwanaku (en 1858), luego de visitar y dibujar algunas de las ruinas, se interesó por una pequeña estatuilla, en posesión de los pobladores del lugar que era venerada como un santo.
Ponce refiere que junto a sus acompañantes Tschudi convenció a los pobladores y arrebató la pequeña pieza lítica de Tiwanaku a cambio de una botella de coñac. La pieza lítica fue llevada como souvenir a Suiza. Pasaron 50 años y a inicios del siglo XX, los nietos de Von Tschudi vendieron la pequeña pieza al Museo (privado) de Historia de Berna, Suiza. Von Tschudi era explorador e investigador. Describía sus viajes, los documentaba y dibujaba ruinas de culturas antiguas y lenguas andinas.
Intensas gestiones
A partir de las referencias de Zaiduni, en octubre de 2011, visité ese museo privado suizo y constaté que en una sección llamada América se hallaba la pieza. Pero al lado de las vitrinas se mencionaba que pertenecía a la “Colección Pukara”, y no coincidía con los datos del propio Tschudi. Tomé fotos de la pieza y las envié a mis colegas en La Paz, Marcelo Zaiduni y Cancio Mamani, del Viceministerio de Descolonización.
A partir de ello comenzó una gestión, diplomática, técnica, antropológica e histórica, encabezada por el canciller David Choquehuanca y la embajadora concurrente en Suiza, Elizabeth Salguero. Insistimos en buscar (y encontrar) más información, porque debíamos justificar que esa “pieza de museo” era nuestro Ekeko y representaba a una deidad de la abundancia.
Lo demás es noticia reciente. La Illa del Ekeko llegó a Bolivia el 7 de noviembre y fue presentada por el presidente Morales. Había vuelto a casa, y con ella volvió la energía de la abundancia integral, no la comercial-mercantil. Comienza entonces otra tarea: esclarecer lo histórico y filosófico de nuestro Ekeko.
Canciller: “Nos dará abundancia, riqueza integral”
“Es el segundo encuentro que tengo con el Ekeko. En Ginebra tuve un primer encuentro; un encuentro triste, ahora es un encuentro de alegría, de esperanza, aquí en Bolivia, y nuestro Presidente lo va a presentar el 24 (de enero de 2015), pero el 21 va a empezar a caminar nuestro Ekeko, desde la Isla del Sol.
La bandera boliviana está relacionada con el Papa Noel, la wiphala está relacionada con el ekeko. Por eso nunca hemos abierto la puerta al Papa Noel, por eso tiene que entrar por la chimenea, como ladrón. Nosotros tenemos todo y en abundancia: nuestro amuyu (ideología), no tenemos que prestarnos nada, de ningún lado.
Y ahora tenemos a nuestro Ekeko, que nos va a dar no solamente economía hermanos, no está relacionado con el capitalismo, no es plata, no confundan. Cuidado que pidan plata a nuestro Ekeko, sino abundancia, riqueza, tanto material como espiritual, riqueza integral hermanos. ¡Jallalla Pachakuti!” (Canciller Choquehuanca en visita a la Illa del Ekeko, 2 de diciembre de 2014).

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