El territorio actual de Chuquisaca habría albergado una variedad única de gliptodontes en el periodo cuaternario, hace 10.000 años. Así lo confirmaron recientes estudios sobre un fósil rescatado en el municipio de Yamparáez; con este y otros hallazgos, el equipo de especialistas a la cabeza del uruguayo Pablo Toriño, ratificó que la región se constituye en referente de la paleontología mundial.
Gracias a un convenio de movilidad docente entre las Universidades de la República (Uruguay) y San Francisco Xavier, a través de su departamento de Relaciones Internacionales, el paleontólogo uruguayo Pablo Toriño arribó a Sucre para realizar trabajos de prospección e investigación junto al equipo de investigadores paleontológicos de la facultad de Arquitectura a la cabeza de Omar Medina, quien recordó que hasta hace poco en la región el trabajo más avanzado en investigación paleontológica se concentraba principalmente en las huellas de dinosaurio, sin embargo, de un tiempo a esta parte, tras los descubrimientos de restos de gliptodontes en los municipios de Yamparáez y Padilla, el potencial de los fósiles en el Departamento empezó a mostrar su verdadera dimensión.
UNA NUEVA VARIEDAD. Durante dos semanas los especialistas se dedicaron a realizar incursiones en los diferentes yacimientos paleontológicos de Sucre y el Departamento.
En su labor le prestaron atención a los fósiles de gliptodontes, parientes de los actuales armadillos o quirquinchos, que medían más de un metro y llegaban a pesar hasta una tonelada. Se extinguieron hace 10.000 años sin dejar descendencia.
En ese entendido, Toriño explicó que tradicionalmente los estudios de esta especie se concentraban en Argentina, Brasil y Uruguay, y que Bolivia recién ingresa al circuito de estas investigaciones.
Así, el equipo visitó Zudáñez y Yamparáez; en este último municipio realizaron un análisis detallado del caparazón de gliptodonte rescatado y restaurado recientemente por Medina. En la pieza encontraron detalles particulares que no encajan exactamente con las especies ya conocidas del sur del continente.
“La diferencia radica en el patrón de diseño de las placas de su caparazón, que no se ajusta a las especies ya conocidas y estudiadas. Por eso consideramos que podría pertenecer a una variedad todavía no descrita, que sería característica de esta región de Yamparáez”, apuntó Toriño al advertir que esta es sólo una muestra del potencial paleontológico de Chuquisaca pues en su viaje a Padilla también encontraron restos de otras variedades de gliptodonte.
El paleontólogo adelantó que a su regreso a Uruguay trabajará sobre la elaboración de un artículo científico para describir el caparazón y divulgarlo en revistas especializadas. Posteriormente, estudiarán los demás restos encontrados en el Departamento para luego desplegar un trabajo más ambicioso sobre los gliptodontes de Chuquisaca.
REFERENTE PALEONTOLÓGICO. Según Medina, en Chuquisaca sólo el 5% del potencial de fósiles mamíferos se ha investigado hasta ahora, por lo que se requiere hacer un mapeo de todos los yacimientos en el departamento.
“Sucre y Chuquisaca se están convirtiendo de a poco en la meca de la paleontología mundial, ahora no sólo tenemos los yacimientos más grandes de huellas de dinosaurio, sino que también podemos hablar de un cuaternario exquisito”, aseguró.
El uruguayo coincidió con Medina y dijo que se abrió una nueva veta, pues en Chuquisaca, como en muy pocos casos, se encuentran vestigios de varias edades de la historia geológica y biológica del planeta.
“Aquí se abre un lapso muy grande en la historia del planeta, se pasa de la extinción de los dinosaurios y se encuentra la era cenozoica y dentro de ella el periodo cuaternario, un lapso temporal enorme y si a eso le agregamos los fósiles del devónico, que se encuentran también en Sucre, estamos hablando de una historia de 300 o 400 millones”, destacó el especialista uruguayo.
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