lunes, 15 de mayo de 2017

Tiwanaku: nuevas revelaciones restituyen una historia de milenios

Recientes hallazgos en Tiwanaku permiten suponer, tanto a investigadores como a la población del lugar, que la riqueza subterránea puede ser más grande y de mayor valor patrimonial que la que se halla en la superficie.

La aplicación de tecnología facilitó varios descubrimientos en toda la extensión de actual sitio arqueológico.

José Ignacio Gallegos, arqueólogo y consultor de la Comisión de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) afirmó que existe tanto por conocer, descubrir y estudiar en el lugar que fácilmente puede tomar 25 años y más contar con la reconstrucción de aquello que parece ser una enorme ciudad milenaria.

“No se puede saber si los vestigios hallados corresponden a otras culturas, además de la tiwanakota y de los hallazgos chiripas que se encontraron, pero lo que se sabe es que la infraestructura enterrada corresponde a construcciones más antiguas que las que se pueden ver”, comentó.

La semana pasada, la Unesco dio a conocer los resultados del proyecto ‘Preservación y conservación de la pirámide de Akapana y Tiwanaku’.

El trabajo se inició en 2014 y recientemente concluyó la etapa de diagnóstico y presentación de proyectos en dos de sus componentes. Lo que queda por delante es la elaboración de los planes de gestión de riesgos, preservación y turismo.

Alcira Sandoval Ruiz, encargada de cultura de la oficina Unesco en Quito —donde está la representación para Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela— informó que se hizo el diagnóstico de la pirámide de Akapana mediante un estudio topográfico con tecnología satelital y un dron con dotación infrarroja para escudriñar la existencia de estructuras líticas u otras construcciones enterradas.

De esa forma se detectó una estructura grande dentro del enmallado del sitio arqueológico. Los expertos creen que se trata de un templo.
Alrededor se ubican más de un centenar de pequeñas estructuras circulares y rectangulares. La hipótesis es que fueron viviendas familiares. “Lo que vimos es como el negativo de una foto que define claramente la existencia de esas estructuras”, dijo Gallegos.

Mario Pachaguaya, jefe de investigaciones del CIAAAT, explicó que la distribución de la ciudad carecía entonces de calles y avenidas. “Eran como los asentamientos de los mitayos que se iban a trabajar a la mina de Potosí”.

En Puma Punku se descubrieron dos plataformas adicionales a la que es visible y que rodean todo el templo. Es decir, Puma Punku es más alto de lo que se conoce y casi duplica su tamaño.

Hay muchas otras estructuras de diversos tamaños y dimensiones en toda la zona, lo que hace suponer a Pachaguaya que con el tiempo se podrá reconstruir la infraestructura de la antigua ciudad y registrar su historia cultural.

También detectaron varias fosas, canales, caminos y dos grandes anillos de agua, el más pequeño rodea una extensión menor no muy alejada del enmallado, y el más grande se extiende incluso hacia el pueblo y la universidad local. “Eran islas, se vivió acá como se vive en lugares lejanos como Dubái”, dijo el investigador. Tiwanaku es una fuente de estudio y trabajo inagotable, y tiene identificadas las zonas para las próximas excavaciones en los siguientes 10 años.

Pirámide en Kantatallita: confirmación que cierra tres décadas de sospechas

La luz del alba o de la aurora es la traducción para Kantatallita. Investigadores anteriores como Carlos Ponce Sanjinés y Alan Kolata, en 1987, y un grupo de franceses ya sospecharon la existencia de la pirámide; hoy la comisión de la Unesco lo ha confirmado.
Bajo la superficie está una pirámide que se prevé tiene forma de ‘T’ casi “rectangular” y traspasa el enmallado (color naranja en el gráfico).

Pachaguaya calcula que se deberá realizar convenios con los pobladores para hacer la excavación de Kantatallita. “Los siguientes años se realizarán estudios más profundos para mejorar su identificación”, dijo.

Entre los primeros trabajos se incluye la reconstrucción de la parte oeste de la pirámide de Akapana.

Para excavar y reconstruirla por completo se calcularon un cuarto de siglo de trabajos a ritmo constante. Algo similar o mayor podría demandar la pirámide Kantatallita.

Laboratorios
Julio Condori, director del Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y Administración de Tiwanaku (CIAAAT), explicó las ventajas que hoy tiene el sitio. “El equipamiento en los laboratorios no existe en ningún otro del país”.

El CIAAAT tiene un laboratorio especial para identificar la identidad de cada pieza arqueológica y otro para los trabajos de reconstrucción, preservación y conservación de las piezas.

“Estamos en la II fase de implementación. Todos los materiales son traídos de afuera, esto nos permite saber qué pasa con los objetos de acá a dos años. Tenemos equipos de limpieza, rayos de luz, componentes y químicos. Lo que buscamos es alargar la esperanza de vida de los bienes patrimoniales”, aseguró.

La ministra de Culturas y Turismo, Wilma Alanoca, y el alcalde de Tiwanaku, Octavio Quispe, prevén que hasta el 20 de junio toda la zona patrimonial cuente con iluminación y señalética, que se inaugurarán el 21, durante el solsticio de invierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario