domingo, 22 de enero de 2017

Fortalecen la arqueología social y comunitaria

Con el objetivo de fortalecer los conocimientos y las acciones de los que habitan el lugar donde se hallaron y restauraron las once hornacinas, se llevó adelante un taller para la preservación comunitaria de éstas.

La Dirección General de Patrimonio Cultural, del Viceministerio de Interculturalidad, en coordinación con la comunidad Yumani Isla del Sol del Municipio de Copacabana, organizó el Taller de Conservación y Museo Comunitario, que se realizó en el museo Tiwanaku (UDAM).

Participaron autoridades originarias de la Isla del Sol: Yumani, Challa, Challapampa, Alcalde municipal de Copacabana, Dirección de Culturas del Gobierno Autónomo de La Paz, proyecto lago Titicaca (CTB), Instituto de Investigación y Capacitación Pedagógica y Social (IIPS), participantes de las comunidades de Pajchiri, Puerto Pérez, Pallina Grande, Vicha y técnicos del Ministerio de Culturas y Turismo. El objetivo del taller, según reafirmó la directora de Patrimonio, Sonia Avilés, fue compartir el trabajo comunitario de restauración y limpieza realizado en las 11 hornacinas de forma trapezoidal, correspondientes a la época inca, halladas en la comunidad Yumani de la Isla del Sol.

Durante el taller se presentó el tema de Conservación Preventiva por el arqueólogo Hernán Soliz; Concepto de Museo Comunitario, a cargo de Juan Carlos Patón, coordinador Qhapaq Ñan; Museo, Educación y Desarrollo, por Mario Quintanilla (IIPS). Al finalizar se realizó la visita guiada al Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), con las autoridades de Yumani, Challa, Challampampa de la Isla del Sol, quienes disfrutaron de las salas de exposición del museo.

jueves, 19 de enero de 2017

Jedu Sagárnaga: “El estado de conservación de los sitios monumentales en Bolivia es penoso”


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ARQUEÓLOGO| EL INVESTIGADOR ALERTA SOBRE GRAVES AMENAZAS SOBRE SITIOS COMO ISKANWAYA Y LAMENTA LA FALTA DE RECURSOS ESTATALES PARA LA PRESERVACIÓN DE LA RIQUEZA ARQUEOLÓGICA BOLIVIANA.

Regularmente Jedu Sagárnaga hace noticia desde alguna isla del lago Titicaca, o una centenaria necrópolis del altiplano o desde prospecciones en los valles interandinos. Su defensa del patrimonio ancestral boliviano data de hace varias décadas. En esta entrevista Sagárnaga hace una evaluación de la actividad arqueológica en nuestro país.



OH!: Al recordar las lomas artificiales del Beni, las momias que se hallan en el salar, las ciudadelas mollo y otras, se presume una riqueza arqueológica extraordinaria en Bolivia. ¿Es así? ¿Tiene Bolivia un potencial, digamos, superior al “normal” en Latinoamérica y en relación incluso a regiones mayores?

Bolivia tiene un enorme potencial arqueológico, pero no podemos manifestar apasionamiento alguno al momento de procurar una evaluación objetiva sobre la realidad. Hay países, como México o Perú, que poseen infinidad de restos monumentales lo cual posibilita, incluso, programas turísticos ambiciosos en esos países. Pero Bolivia tiene lo suyo, y esa herencia es la que nos interesa no con fines turísticos, y lejos –además– de compararnos con otros países o regiones. Los bienes arqueológicos reflejan nuestro patrimonio, y ese patrimonio es el que nos “significa” como país, como pueblos. Un país se cimienta en su historia más que en su riqueza.



OH!: ¿Cuánto de la presunta riqueza arqueológica boliviana se ha descubierto o identificado?

Dado que los restos monumentales no son demasiado grandes (cuantitativamente hablando), es importante saber que los vestigios no se limitan a estos. Los restos materiales también pueden referirse a dispersiones de puntas de proyectil líticas, fragmentos de cerámica, etc. Gran parte de nuestra riqueza puede expresarse en restos habitacionales, tumbas o –mejor aún– cementerios que aún no han sido descubiertos por encontrarse bajo suelo. Eventualmente labores agrícolas o alguna remoción de suelos por obras de ingeniería se topan con restos, pero no hay programas que –desde el Gobierno central– se dirijan a la exploración y recuperación de estos recursos culturales. O sea que lo que se ha descubierto hasta la fecha, es un porcentaje pequeño de lo que –sin duda– poseemos.



OH!: ¿Qué iniciativas o esfuerzos se hacen y se han hecho en ese sentido?

Las iniciativas y esfuerzos provienen, prácticamente en su totalidad, de entidades independientes. Normalmente son universidades foráneas que proponen un plan de estudios determinado y llegan con sus arqueólogos y recursos propios a trabajar en Bolivia. Por ley, uno o varios arqueólogos y estudiantes bolivianos se suman al proyecto y de esa manera se profundiza en un determinado tema o área, que en el espectro general no significa un adelanto muy significativo. Es justo mencionar a proyectos sostenidos como los que llevan a cabo Christine Hastorf de la Universidad de Berkeley; Heiko Prümers del Instituto arqueológico alemán; John Janusek de la Universidad de Vanderbilt; Christopher Deleare de la Universidad Libre de Bélgica, y otros pocos. Varios han perdido continuidad, y han preferido encaminar sus pasos hacia países vecinos probablemente por las mejores condiciones de trabajo que encuentran allí.

Cabe mencionar a la misión boliviano-finlandesa que trabajó en Bolivia desde 1988 hasta 2006, y de la que fui parte.



OH!: ¿Qué labor ha realizado SCIENTIA?

Nuestra institución –SCIENTIA Consultoría Científica- ha logrado captar unos pocos fondos en los últimos 10 años. Con ellos ha instalado pequeños museos de sitio, excavado en algunos lugares, inventariado restos arqueológicos o restaurado algunos sitios de interés patrimonial. Lastimosamente siempre extendiendo la mano a organizaciones foráneas o representaciones diplomáticas tales como la Embajada de los Países Bajos, la Cooperación Suiza, La Embajada de los Estados Unidos, la Cooperación Belga, etc. Que se motivaron, solidarizaron y finalmente apoyaron nuestras iniciativas. La instalación del Museo de Pariti, por ejemplo, costó 25 mil dólares que se consiguieron de la Cooperación Suiza en 2005. El Gobierno actual destinó 7 millones de dólares para el museo de Evo Morales en Orinoca, sin que allí haya ningún sitio de interés histórico o arqueológico, solo el hecho de que allí haya nacido el Presidente. Basta hacer un rápido cálculo para darnos cuenta de que con ese monto pudieron construirse 280 museos de sitio como el de Pariti. En el momento actual estamos mendigando para conseguir dinero para el museo de Cóndor Amaya que costaría solamente unos 35 mil dólares.

Por lo demás, el Gobierno no destina fondos para la investigación arqueológica. La única fuente de recursos es la “arqueología de contrato”. Esto porque las empresas que construyen caminos, tienden gasoductos o tienen concesiones mineras, por mencionar lo más frecuente, están obligadas por ley a realizar estudios de impacto arqueológico y ver de preservar los restos que se encuentren.



OH!: ¿Cómo van las políticas de preservación e investigación en los centros arqueológicos ya consolidados como Tiwanaku, Incallajta, Samaipata, Iskanwaya, etc.?

Poco puedo decirte al respecto, pues no estoy directamente relacionado con las instituciones gubernamentales encargadas de aquello. Además hay cierto hermetismo de parte de ellas.

Puedo comentar que Tiwanaku y Samaipata son Patrimonio de la Humanidad y, por tanto, deberían estar muy bien gestionados, pero parece que no es así. Sin embargo, en el Museo Regional de Tiwanaku recientemente se han montado dos novedosas exposiciones. Pueden tomarse como punto a favor para el Centro que tiene a su cargo la gestión del principal yacimiento arqueológico boliviano.

En Samaipata se hace mantenimiento del área arqueológica y se tiene permanentemente abierto el museo, pero no se han llevado nuevas intervenciones allí recientemente. Las más importantes fueron dirigidas por el alemán Albert Meyers, pero estamos hablando de los años 90.

En cuanto a Inkallajta tampoco se está interviniendo arqueológicamente allí. Pese a los esfuerzos de los colegas cochabambinos, no pudo conseguirse aún su declaratoria como Patrimonio de la Humanidad.

El caso de Iskanwaya es más trágico. Se tienen anaqueles llenos de proyectos para su conservación y mantenimiento, pues corre serio riesgo de perderse. Se han invertido importantes cantidades de dinero para su salvaguarda, pero el proceso de deterioro continúa. Triste será que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos conozcan esta importante ciudadela solo en fotografías.

En general, entonces, el estado de conservación de los sitios monumentales en Bolivia es penoso.



OH!: ¿Qué entidades estatales o privadas impulsan o apoyan la investigación arqueológica en Bolivia?

La Unidad de Arqueología y Museos dependiente del Ministerio de Culturas brinda apoyo moral y facilita el trabajo de los arqueólogos emitiendo autorizaciones y llevando a cabo el control de los proyectos. Pero esa repartición misma carece de recursos.

En cuanto a las entidades privadas, de motu proprio, ninguna apoya la investigación arqueológica en Bolivia. Y eso es triste cuando comparamos con lo que sucede en Perú o Chile, donde incluso hay fundaciones privadas que impulsan esta actividad.



OH!: Hace algunos años hubo noticias sobre la cooperación de, por ejemplo, Dinamarca y me parece que Japón. ¿Qué sucede con la cooperación internacional? ¿Ha aumentado o disminuido?

Extraoficialmente se me dijo el año pasado que Japón donaría algo así como seis millones de dólares para la conservación de Tiwanaku, pero que el monto estaría dividido en 4, para 4 años de labores. Realmente no es mucho, pero es significativo. Ahora, ¿quiénes se encargarían de la labor? Que yo sepa no fueron fondos concursables, y no sé quiénes estarán ejecutando el proyecto, ni sus componentes.



OH!: Hace dos o tres años hubo diversas denuncias sobre deterioro de monumentos arqueológicos, incluso en Tiwanaku.

Todos los monumentos tienden a desaparecer en su calidad de restos materiales. Es una ley física, véase el cuarto principio de la termodinámica. Y además los monumentos de la antigüedad ya han cumplido su ciclo. Si los habitantes actuales no hacemos nada para su protección y conservación, ese deterioro continuará. Pero, en cambio, a veces se realizan acciones más bien contrarias: de destrucción. La celebración del Año Nuevo Aymara en Tiwanaku, por ejemplo, causa destrozos irreparables.

Es responsabilidad nuestra tratar de prolongar esa “vida” para el disfrute de las generaciones venideras y para entender nuestras raíces.



OH!: ¿Qué proyectos tiene en curso?

Como institución científica privada SCIENTIA tiene amplio conocimiento de sitios que podrían brindar información relevante sobre nuestro pasado, y desearía intervenir arqueológicamente en ellos, pero cualquier intervención requiere de recursos económicos, y estos no existen. De todos modos nunca nos hemos quedado de brazos cruzados pues consideramos que es nuestro deber proteger, estudiar y difundir nuestros recursos arqueológicos. Así que hemos de seguir con el mismo derrotero.

“Chachapuma, revista de arqueología boliviana” es otro emprendimiento nuestro que ha llegado al octavo número, pero lastimosamente no es un proyecto autosostenible y requiere recursos económicos para subsistir, los mismos que tampoco se tienen.



OH!: ¿Qué me dice de la actividad arqueológica a nivel de academia, universidades, etc.?

Dentro de este panorama, desalentador por cierto, creo que la Universidad Mayor de San Andrés tiene una participación positiva, pues aunque la Carrera de Arqueología es pequeña, tiene la misión de formar profesionales capaces y comprometidos con la realidad nacional. Además, a través de los fondos IDH, ha logrado llevar a cabo algunos significativos proyectos en bien de la arqueología boliviana.



Reconstruyen rostro del Hombre de San Luis



Un suceso muy importante para la investigación arqueológica tarijeña se dio la tarde del miércoles en el laboratorio fotográfico del Museo Nacional Paleontológico Arqueológico cuando se inició el proceso de escaneo del cráneo del “Hombre de San Luís”.

El proceso se realiza gracias al apoyo de la Universidad Católica Boliviana, que aportó con su recientemente adquirido escáner tridimensional.
Los restos fósiles fueron encontrados a mediados de los 80 en la zona de San Luís y datados por un laboratorio de Zurich con una antigüedad de 760 años, por lo que este trabajo está direccionado a armar una reconstrucción facial digital de los mismos. “Esto nos permite soñar con ver el rostro del que quizás es el tarijeño más antiguo del que tenemos noticia, así como para empezar a pensar en un nuevo museo paleontológico”, comentó Enrique Farfán, rector de la UCB en Tarija.
El escaneo de las aproximadamente cincuenta piezas de distintos tamaños está a cargo del ingeniero en mecatrónica Jhon Ordóñez, docente de la Universidad Católica, quien estima que el trabajo final concluirá por lo menos en dos semanas dado que se busca generar los mejores modelos digitales.
Una vez acabado el trabajo local, los datos digitales serán traslados a los contactos internacionales con que cuenta la UCB, incluida la antropóloga Débora Blom, que el año pasado ya estuvo estudiando los restos.

Paso del Dakar no afectó patrimonio arqueológico

En el informe oficial brindado ayer sobre el paso del Dakar por Bolivia, el ministro de Cultura Marko Machicao resaltó que durante la competencia ningún patrimonio arqueológico sufrió daño alguno; sin embargo, se espera el informe del Ministerio de Medio Ambiente y Aguas para cuantificar el daño ecológico.

Durante el Dakar 2017 se movilizaron un 1’529.000 ( millón quinientos veintinueve mil) de personas. De esta cifra, 322.765 (trescientos veintidós mil setecientos sesenta y cinco) fueron turistas que llegaron de algunas partes del país. Impacto similar se registró en el movimiento económico en el área turística externo, así como en el transporte y la generación de recursos para el Estado.

Al finalizar el informe, el ministro de Turismo y Cultura rescató el hecho de que la competencia no pasó por el territorio donde se encuentra el patrimonio arqueológico, esto es gracias a la suspensión de la sexta etapa entre Oruro y La Paz, que se canceló por factores meteorológicos.

Sin embargo, al momento no se conoce el daño ecológico que dejó el paso del Dakar. Concluyo . Al respecto existe un informe que se realizó por iniciativa del Viceministerio de Turismo con el apoyo de la Embajada británica en La Paz, el Banco de Desarrollo para América Latina - CAF, el Banco FIE y la empresa Andean Valley.

Durante el paso del Dakar del 2014, -cuando las condiciones climáticas no se asemejaban a las actuales-. En el mismo se señala (según EFE) que "En los dos días que pasó el Dakar en el país se generaron alrededor de 12.800 toneladas de dióxido de carbono equivalente", afirmó la consultora en huella de carbono Valeria Revilla.

Para tener una idea de la magnitud de esa contaminación, la experta aseguró (en 2014) que ese volumen es igual "a las emisiones que se generan por el consumo de energía eléctrica de alrededor de 11.000 familias por año o la combustión de casi cinco millones de litros de gasolina".

Al finalizar la conferencia, el Ministro Machicao mencionó que se espera el informe del Ministerio de Medio Ambiente y Aguas, para tener los indicadores del impacto ambiental que produjo en territorio boliviano el paso del Dakar 2017.

miércoles, 18 de enero de 2017

Once nichos incaicos fueron restaurados en Isla del Sol


Estas concavidades se encuentran al sur de la isla del Sol.

Once nichos con forma trapezoidal, que servían para colocar ídolos o cuerpos momificados en la época inca, fueron hallados y restaurados en la Isla del Sol, ubicada en orillas del lago Titicaca, en la comunidad Iyumani.

Estas concavidades se encuentran al sur de la isla del Sol; fueron halladas por los comunarios, quienes dieron aviso a las autoridades. Gracias al apoyo de los funcionarios del Ministerio de Culturas se pudo restaurar los preciados sitiales, el trabajo realizado fue de cinco meses, en los que se limpió y organizó la locación de los nichos. Los mismos se encuentran en buenas condiciones, pero debe fortalecerse su preservación, para lo que deben ser mantenidos en el sitio.

En agosto del pasado año, los comunarios encontraron estas hornacinas, mientras realizaban la limpieza de los espacios terrenales utilizados para la agricultura y fue desde ese momento que se proyectó un trabajo de “arqueología social y comunitaria”, que consiste en el desarrollo del trabajo de la comunidad para recuperar el patrimonio arqueológico que le pertenece al país y a la comunidad.

Con el propósito de lograr la recuperación de todo el espacio arqueológico, el trabajo de los comunarios fue fundamental, pues fueron ellos los que colocaron tanto la piedra, la arcilla, la paja y los mucílagos locales, para lo cual utilizaron materiales ecológicos, que son removibles y perecederos al estilo prehispánico, según explicó Sonia Avilés, directora de Patrimonio del Ministerio de Culturas y Turismo.

El rescate de este patrimonio ancestral es de gran importancia para el turismo de la región, por lo que los comunarios regalaron (por semana) dos días de su trabajo, los lunes y los martes, en el marco del sistema del ayni. ”Con la guía de los profesiona”.

martes, 17 de enero de 2017

Restauran 11 nichos de época inca en una isla del lado boliviano del Titicaca

Once nichos con forma trapezoidal que servían para colocar ídolos o cuerpos momificados en la época inca han sido hallados y restaurados en la Isla del Sol, ubicada en el lado boliviano del lago Titicaca, informó hoy (ayer) el ministerio de Culturas de Bolivia.

Estas hornacinas se encuentran en la comunidad Iyumani, asentada al Sur de la isla, y han sido restauradas por cuarenta personas de esta comunidad, apoyadas por el Ministerio, durante cinco meses.

Según un informe de esa entidad, "las bases de las hornacinas están intactas", pero para preservarlas se debe "mantener in situ".

Los indígenas del lugar descubrieron "piedras antiguas" en agosto pasado cuando limpiaban unas terrazas para la agricultura.

El equipo de restauración, integrado por mujeres y hombres de la comunidad, desarrollaron el trabajo en "una arqueología social-comunitaria", es decir, regalaron dos días de trabajo para "recuperar su patrimonio arqueológico".

El lago Titicaca fue el asentamiento de múltiples culturas antiguas, como la Tiahuanacota y la Inca, que han dejado huellas y restos arqueológicos en sus orillas e islas.

miércoles, 11 de enero de 2017

La manopla de Villa Abecia ha sido el secreto mejor guardado de Tiwanaku

En otros tiempos: guaranies, tomatas, chiriguanos y tribus del Chaco sur, parapetadas en las quebradas y manantiales en medio de rocas algarrobas y cardos daban fieras batallas contra los invasores del Norte, un arma de combate muy especial hizo que no se perdieran los combates, un arma tipo manopla de piedra, resulta ser tan antigua como el propio espacio arqueológico de Tiwanaku.

En las quebradas de Achuma y Comataqui (Actualmente Villa Abecia y Sud Cinti), dos líderes identificados como Camataqui (guaraní) y Yasca, apellido de un capitán quechua, se enfrentaron con su gente armada, durante varios días de contienda. Las fuerzas de Yasca, del imperio de Huayna Capac, retornaron victoriosas hacia el norte, en el solsticio de invierno de 1525.

Aquellos remotos parajes quedaron teñidos de rojo carmín, siendo estos lavados por la lluvia y el viento.

Un arma muy especial hizo que las batallas entre Camataqui y Yasca, no se perdieran; un tipo de manopla tan antigua como Tiwanaku. Esta manopla, hallada por casualidad en uno de los chullperios, junto a puntas de flechas, es el único vestigio de aquellos encuentros.

ELABORACIÓN DE LA MANOPLA

Según la investigación de Luis Alfredo Loaiza Ossio, excatedrático de la Facultad de Artes de la Universidad Tomás Frías, “se pudo constatar que existe una especie vegetal singular y exclusiva del Cañón de los Cintis; este arbusto se conoce con el nombre de Pillagua, el cual disecado y quemado produce una ceniza muy obscura, está mezclada con una polenta de maíz, que es usada para la fabricación de legía, pero además esta base de preparación, adicionando otros ingredientes alquímicamente preparados –según los lugareños– se usaban para la elaboración de armas y utensilios, ya que estos se endurecían tanto como las piedras.

¿No será esta la materia que usaban los tiwanakotas para realizar las grandes edificaciones? Según Loaiza, esta puede ser la respuesta para comprender como se trabajaron aquellos enormes monumentos, hace miles de años, las enormes piedras que encajaron perfectamente hasta en doce ángulos y fueron unidas milimétricamente en Cusco.

EL SECRETO

La manopla a todas luces puede ser la prueba objetiva del uso de este elemento. Esta pieza fue analizada físicamente en la UMSA por la Facultad de Tecnologías y Construcción Civiles, donde se concluyó que “No fue esculpida por ningún instrumento cortante ni raspante, es decir fue moldeada en estado fresco, se produjo lonja a lonja, con un material de 16 cm x 4cm de ancho y 2 cm de espesor, además fue curveada sobre un molde cilíndrico, donde encaja perfectamente el ancho del dedo de una persona promedio, a la cual se añadió otra capa curveada abriendo la superficie externa de 11 a 4 cm.

Dentro de la manopla, hay múltiples detalles que hacen que el instrumento puede ser usado con el puño cerrado.

Después de realizar todo el trabajo de investigación, Luis Alfredo Loaiza Ossio afirmó: “Con todo este argumento verídico, se pueden dar luces a muchos interrogantes que el hombre se ha cuestionado en la historia y creo que las respuestas están mucho más cerca de nuestros ojos”, concluyó.

martes, 3 de enero de 2017

¿Qué tan sabrosa sería la carne de dinosaurio?



El cuello extremadamente largo de los saurópodos, unos gigantes herbívoros de cuatro patas que vivieron hasta hace aproximadamente 65 millones de años, además de los diplodocus y los camarasaurus de América del Norte, conformarían un exquisito bocado de carne roja.

Esto, al menos, es lo que supone el paleontólogo de la Universidad Estatal de Montana, David Varricchio, quien plantea este tema en una entrevista revelada en Popular Science.

De esta forma, los hadrosáuridos, una gregaria especie de dinosaurios destacados por la forma de su hocico, similar al pico de un pato, pasaban gran parte de su tiempo en movimiento en búsqueda de plantas para alimentarse. El paleontólogo cree que su carne podría ser roja.

Por otra parte, los ornitomímidos, una especie de los terópodos herbívoros del periodo Cretácico, con una anatomía que se asemeja mucho a la del avestruz, es probable que también compartiera el fuerte sabor de su carne con esta ave.

Por último, Varricchio indica que por el contrario, la carne del tiranosaurio quizás no sería tan apetitosa.