viernes, 24 de marzo de 2017

Peligra riqueza arqueológica en la Amazonia boliviana

Existen teorías que conceptuaban a los pueblos indígenas de la Amazonia como culturas nómadas y simples que sólo vivían de pesca y agricultura básica. Sin embargo, investigaciones realizadas en diferentes partes de estas tierras bajas tropicales discrepan con estos supuestos al encontrar y estudiar evidencias arqueológicas que datan de épocas prehispánicas, que demuestran la complejidad de las culturas amazónicas.

En Bolivia diversos hallazgos como construcciones de muros, zanjas, canales, restos de cerámica, muestras paleontológicas, entre otros, permiten comprender que los pueblos amazónicos tuvieron su respectiva historia y relevancia, pero aún queda mucho por indagar.

ANF visitó el sitio arqueológico denominado La Fortaleza Victoria en la comunidad Las Piedras del departamento de Pando. En ese lugar se encuentran los restos de un muro que rodea unas 10 hectáreas y que encierra otras construcciones. Se estableció que este sitio estuvo ocupado unos 400 a 700 años antes, y que las construcciones probablemente eran las casas de los antiguos habitantes. Además, se presume que el muro pertenecía a una cultura distinta, e incluso cabe la posibilidad de que fuese una fortaleza incaica.

Estos datos derivan del artículo "Sitios arqueológicos en la Región de Riberalta” del investigador Vincent Vos, quien resumió los descubrimientos de la arqueóloga Sanna Saunaluoma en la publicación "Construcciones de Tierra Precolombinos en la región Riberalteña de la Amazonia boliviana” de la Universidad de Helsinki, de Finlandia.

Cuando este medio llegó hasta La Fortaleza Victoria, con la colaboración de dos miembros del personal de la agencia Sinaí Tours, encontró escasas partes que aún quedan visibles de esta muralla, pues la falta de mantenimiento y el total abandono hicieron que la selva cubra las ruinas y no permita apreciar el lugar. Fue necesario que doña Carmen, una comunaria que habita cerca del lugar, guíe el camino. La senda se logró abrir con la ayuda de un machete.

"No tenemos todavía en claro quiénes vivieron en esta región, pero sí podemos evidenciar vestigios de una civilización antigua (…) yo pienso que sería importante encontrar a alguien, alguna institución que se interese en estas ruinas para conocer de nuestro pasado, por lo tanto es la historia de nosotros”, aseguró Erlin Vaca de la agencia de viajes Sinaí Tours.

En 2004 estas ruinas fueron declaradas Patrimonio Histórico Cultural mediante la Ley 65l en el gobierno de Carlos Mesa Gisbert, decretándose en su artículo segundo que a través del Ministerio de Educación se gestionará la provisión de recursos y medios técnicos para la preservación del lugar. Sin embargo, esta normativa quedó tan sólo en papeles.

Para Carlos Chipunavi, comunario de Las Piedras, las ruinas de La Fortaleza no fueron restauradas ni mantenidas, pese a la emisión de una ley para este fin. Considera que es cuestión de políticas públicas para que se tome el interés adecuado en estos sitios y que no se los abandone.

"En Bolivia somos campeones para hacer leyes, pero no pasa nada con nuestras leyes.

Entonces, hay una ley de restauración y quien tiene que restaurar es el Gobierno (…) Debería haberse hecho eso, pero hasta ahora no sale ningún interés de parte de las políticas públicas en el tema de restauración de ruinas y por eso están en ruinas”, afirmó el entrevistado por este medio.

Otros sitios arqueológicos

Según el artículo de Vincent Vos, en la región norte amazónica, como Riberalta, Beni, existen diversos sitios arqueológicos donde se puede encontrar restos de vasijas y pedazos de cerámica.

Muchos de ellos sin ser clasificados. Entonces, entre 2001 y 2004, la investigadora Sanna Saunaluoma, como parte del Proyecto Finlandés-Boliviano llamado "El interés amazónico de los Incas”, coordinado por el Profesor Ari Siiriäninen de la Universidad de Helsinki, realizó estudios y excavaciones de prueba en la región para determinar su verdadero alcance.

El objetivo fue estudiar la distribución y características de ocupación precolombina en la región. El equipo encontró diferentes tipos de sitios.

En criterio de Vos, el estudio de Saunaluoma muestra que antes de que Cristóbal Colón llegara a América, las orillas de ríos y barrancas de tierra firme de la región de Riberalta estaban densamente pobladas por diversas culturas sofisticadas.

Esto apoya las teorías de otros autores como William Denevan y Clark Erickson, que creen que en esos tiempos la Amazonia boliviana era una de las regiones más pobladas del mundo.

Sin embargo, faltan muchas investigaciones para comprender a las civilizaciones que habitaban antiguamente esta región. Y según Saunaloma, aún quedan varias preguntas para responder.

Mientras tanto, los sitios arqueológicos van deteriorándose, haciendo más difícil sus futuras indagaciones, y a esto se suma que en muchos casos los propietarios de terrenos donde se encuentran estos sitios no son conscientes de la existencia o amplitud de las estructuras, restándoles importancia, lo que configura un escenario de vulnerabilidad.

Los lugareños esperan atención gubernamental para salvar esta riqueza cultural.


Petroglifos, manifestaciones de culturas ancestrales en piedra

ANF / Pando

Los petroglifos son imágenes grabadas en piedra por el hombre y datan de hace miles de años, forman parte del arte rupestre de culturas antiguas que utilizaban esta técnica para transmitir mensajes o rastros de su existencia.

La Amazonia boliviana no queda exenta de este tipo de manifestaciones, existen diversos lugares donde sus hallazgos ya han sido documentados, pero aún quedan más por descubrir e investigar.

Según la investigación Arte Rupestre en las Tierras Bajas de Bolivia, de los investigadores Mathias Strecher, Carlos Kaifer, Lilo Methfessel y Freddy Taboada -publicada en el libro En el Corazón de América del Sur 3 (Arqueología de las tierras bajas de Bolivia y zonas limítrofes) de la Biblioteca del Museo de Historia de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno en Santa Cruz-, a mediados del siglo XIX surgen las primeras investigaciones de estos rastros en la Amazonia boliviana.

Este estudio afirma que existen registrados 44 sitios de arte rupestre en la Amazonia de Bolivia, considerada una cantidad pequeña si se compara a los más de 1.000 sitios estimados en todo el país. Entre los lugares identificados hay seis en el departamento de Pando, 12 en Beni, 18 en el norte de La Paz, dos en el norte de Cochabamba y cinco en el norte de Santa Cruz.

Entre las figuras que predominan en este tipo de arte están espirales, círculos y líneas en zigzag. Además, existen figuras compuestas y otras con un alto grado de complejidad.

En Cachuela Esperanza

Julio Rojas, biólogo e investigador del Centro para la Investigación de la Amazonia (CIPA) de la Universidad Amazónica de Pando, documentó la presencia de petroglifos en Cachuela Esperanza, Beni. Previamente, en 2002, el viajero alemán Torsten Unnasch encontró estos vestigios que son accesibles en época seca del año, entre los meses de agosto y septiembre.

Para Rojas existe más un interés general por gente e investigadores extranjeros hacia este tipo de restos arqueológicos, sin embargo, los lugareños ven estos vestigios como algo normal y cotidiano, incluso su conservación está siendo amenazada por el uso de los petroglifos en la minería del oro en el río Madre de Dios.

"En la zona de Cachuela Esperanza, lamentablemente, muchos de estos petroglifos que están tallados en rocas los están utilizando como anclas en las dragas que se dedican a la extracción de oro”.

Entonces, para el investigador es necesario darles el valor correspondiente. También es importante continuar con las investigaciones de estos símbolos tallados en piedra para conocer más sobre las culturas que los propiciaron y sobre sus funciones.

Asimismo, Rojas considera que el beneficio de potenciar los sectores donde se hallan los petroglifos amazónicos puede ser el tema turístico para poder difundir estas zonas arqueológicas y fomentar la visita de viajeros a la región.

Geoglifos en el norte amazónico, patrimonio arqueológico de Bolivia

ANF / Pando

El patrimonio arqueológico de la Amazonia en la región de Pando y Beni es mucho más amplio de lo que algunos imaginan. Por ejemplo, existe la presencia de geoglifos, figuras hechas en la tierra por culturas ancestrales, que demuestran la presencia humana en esta región desde hace miles de años.

Los investigadores brasileños Ondemar Ferreira, Franklin Levy y Alceu Ranzi fueron los primeros en registrar y estudiar los geoglifos encontrados en los estados del Acre, Rondonia y Amazonas en Brasil, y donde se documentaron alrededor de 300 desde su primer hallazgo hace 40 años.

¿Qué es un geoglifo? "Gea” significa Tierra y "glifo” marca, señal. Para entender mejor este concepto es preciso describirlo como una estructura hecha en la tierra con forma generalmente circular, pero que puede tener otra apariencia. Sus dimensiones son grandes y tiene una antigüedad de miles de años. Los geoglifos pueden ser apreciados en su totalidad desde el aire.

En Bolivia, en 2012, el investigador Lizardo Melgar encabezó una inspección y estudios de una estructura con estas características en Puerto Rico, Pando, dando lugar al denominado Geoglifo Guagima, similar a los geoglifos de Brasil.

Con el transcurso del tiempo y con las altas tasas de deforestación que se registran en la región norte amazónica, en Pando, se han descubierto alrededor de 24 geoglifos, según estimaciones de Julio Rojas Guamán, biólogo e investigador de la Universidad Amazónica de Pando.

Sin embargo, para Rojas aún quedan estudios en profundidad que deben realizarse para poder identificar las funciones que cumplían estos geoglifos, qué culturas habitaban en esta región, qué relación existía entre las poblaciones de estas tierras bajas con las de tierras altas y otras interrogantes. Para este tipo de investigación es necesario el apoyo gubernamental.

"No solamente en temas de arqueología, en temas de biodiversidad falta mucho por investigar en la región donde tampoco hay suficiente apoyo. Creo que son políticas nacionales que tienen que cambiar para poder trabajar en estos temas”, apuntó.

Asimismo, Rojas destaca que no sólo basta conocer los orígenes y las actividades de estas culturas que vivieron desde hace miles de años en la Amazonia, sino considera importante aprender sobre sus métodos adaptativos al cambio climático para poder implementarlos actualmente frente a los fenómenos climáticos.

"Ver cuál puede ser la información que nos puede servir para poder enfrentar todos los cambios climáticos porque todas las especies de plantas que estas culturas han utilizado podrían ser nuevamente recuperadas para que sean las especies que puedan ser utilizadas como un proceso adaptativo a los cambios que se van a presentar en la región”, finalizó.

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