Ubicados en lo alto de la región de Pintani, Seke Kollo o Chira Pata de Quilima del Dragón Dormido de Carabuco, y luego de haber realizado una dura travesía, estábamos al frente de las pinturas rupestres, motivo de nuestra incursión a la región, sin saber quiénes habían dejado estos dibujos que a primera impresión, posiblemente sea de años atrás.
Estos pictogramas están ubicados en un sector hermoso, lo que quiere decir que no es casual la ubicación de las pinturas y menos el lugar, pues quienes expresaron sus ideas en dibujos tuvieron que asegurarse de que la misma permanezca en el tiempo y que otras personas no la destruyan. Es una de las razones por la que están casi ocultas a la vista de las personas, en medio de rocas, visto de abajo y cerca difícilmente se la puede rastrear, visto de arriba menos, es algo así como una boca de cañadón que oculta el lugar, si no es porque estamos cerca, no hubiésemos dado con las pinturas.
Deseábamos reflejar en EL DIARIO para los bolivianos y aprecien que estas regiones guardan sorpresas para los visitantes, aunque el turismo en Quilima no es común y menos permitido por los comunarios, porque consideran que es la mejor forma de mantener sus costumbres, tradiciones y su forma de vida como tal.
DESCRIPCIÓN
Las pinturas efectivamente están en un corte de piedra gigante de una sola pieza, las pinturas no tienen un orden, pero seguro que interpretan muchas actividades para su tiempo. En una de las imágenes se puede evidenciar posiblemente una llama o vicuña con pintura de color rojo ocre, repetida en naranja, color asociado al lugar.
También se puede observar algo así como serpientes que se arrastran de manera horizontal y vertical. Personas aladas que dan la impresión que están volando. Espigas que al parecer son de quinua, niños jugando o en rondas, tal vez festejando.
Se puede decir que es un mural al aire libre, donde seguramente intentaron expresar su entorno, como agricultura, animales y probablemente festejos de los “primeros habitantes” de la región. Respecto de las imágenes aladas, por la proyección que tienen aparentan efectivamente estar volando en el aire, es algo curioso.
GIGANTE CON NIÑOS
Existe otra, denominado ‘El ojo’, que hace las veces de una cabeza de un gigante, agarra a dos niños y un animal, la escena es muy elocuente y clarísima´, tiene color rojo. ¿Qué se quería transmitir con este dibujo?, deja muchas interrogantes sueltas.
Quién o quiénes pintaron, reflejaron su ambiente y seguramente observaron algo que les tuvo que impresionar demasiado para llegar a dibujar y tratar de trasmitir esa vivencia en el tiempo.
LAMENTABLE
Lamentablemente algunas personas inescrupulosas se dedicaron a pintar nombres personales y dedicatorias con pintura blanca en franco deterioro de los pictogramas.
Las autoridades y comunarios deben tomar los recaudos necesarios para conservarlas en el tiempo quienes hicieron esta barbarie no valoraron las pinturas rupestres y pintarrajearon sin ton ni ton, el resultado es funesto.
Las pinturas, al margen de este salvajismo, deberían ser estudiadas, conservadas y quizás tratar de limpiarlas, aunque para eso es necesaria la intervención de expertos en pinturas rupestres. A simple impresión tiene un valor cultural muy fuerte para la región y los bolivianos.
Luego de apreciar el mural rupestre, comenzamos a ascender por el lado opuesto del lago Titicaca, donde encontramos un desfiladero de rocas de todo tipo y forma, nos sentimos diminutos ante la majestuosidad de la columna de piedras gigantes que anida, insectos, animales silvestres, plantas en la parte superior e inferior del cerro que seguramente perdurará en el tiempo.
Bajando por donde se puede, nos alejamos del lugar para acampar en la orillas de la playa de Quilima del lago Titicaca y buscar un otro muro de pictogramas, que estaría ubicado en la parte de atrás de la montaña del Dragón Dormido, pero seguiremos publicando.
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