Expertos del Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y de Administración de Tiwanaku (Ciaaat) concluyeron el primer plan de manejo integral de Tiwanaku y el proyecto será remitido al Centro de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (por sus siglas en inglés Unesco), entidad que tratará el documento en junio del 2018.
La información la dio a conocer a EL DIARIO el director ejecutivo de Ciaaat, Julio Condori Amaru, quien dijo que el plan integral contempla la conservación patrimonial, la elaboración de un plan de contingencias de posibles percances naturales u antrópicos, entre otros.
MANEJO INTEGRAL
“Hace un mes, entregamos al Ministerio de Culturas el plan de manejo integral de Tiwanaku para que sea remitida al Centro de Patrimonio Mundial. Es el primero de manejo integral que se elabora en el país, y está hecho de acuerdo a la naturaleza patrimonial (
) El documento será entregado a comienzos de 2018. El comité del Centro de Patrimonio l hace sus reuniones en junio y tocarán el tema", dijo.
La elaboración del documento inició hace un año y medio y tiene varios componentes referidos a la preservación del sitio arqueológico y a los programas de educación y cuidado.
El primer componente es de respuesta a la Unesco, organismo internacional que anteriormente manifestó su preocupación por la falta de conservación del sitio arqueológico.
"Durante 200 años de intervención, Tiwanaku nunca tuvo la incorporación de un componente de conservación, el deterioro que hoy día podemos apreciar en los bienes patrimoniales requieren de una intervención urgente, con la aplicación de un plan estratégico que esté acorde a la naturaleza de los bienes y el grado de erosión que tienen esos bienes", añadió Condori.
Otro mecanismo que contempla el plan es impulsar el turismo para recaudar más fondos y destinar el 100% de ese ingreso para la conservación y protección patrimonial.
SIN APOYO ESTATAL
Según el director del Ciaaat, Tiwanaku no recibe recursos financieros del Tesoro General de la Nación (TGN), por lo cual se adoptarán procedimientos para que genere sus propios ingresos, a través de la venta de boletos de visita a las ruinas y la visita a su museo.
Asimismo, Ciaaat propone reinterpretar Tiwanaku con el plan, desde la óptica filosófica de sus ancestros hasta lo contemporáneo y al contexto sociocultural que posee, recurriendo a sus confines investigativos.
Respecto al tema de riesgo, Ciaaat contrató a la experta mexicana Ernestina Cortez para la elaboración de un plan de contingencias, que permita afrontar percances de carácter natural y antrópicos que puedan suscitarse en el sitio arqueológico.
El documento también contempla un programa de educación enfocado básicamente a los niños y jóvenes.
Condori explicó que para que se garantice todo ello debe existir gestión entre las autoridades municipales, departamentales y nacionales, además contar con la participación de organizaciones vinculadas con la temática y las entidades cívicas, como las juntas vecinales y otras opciones.
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Tiwanaku fue declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el 2000. En ese mismo año recomendó la conservación de la Puerta del Sol, el Templo de Putini, la Pirámide de Akapana, el Museo Cerámico Lítico y el templo del Puma Punku. Empero, las autoridades y organizaciones especialidades del país no hicieron nada al respecto.
“Tiwanaku fue la capital de un poderoso imperio prehispánico, que alcanzó su apogeo entre los años 500 y 900 de nuestra era. Su influencia se extendió por una vasta zona de los Andes meridionales y otras regiones adyacentes. Los vestigios de sus monumentos atestiguan la importancia cultural y política de una civilización netamente diferenciada de las restantes culturas prehispánicas de América", según Unesco.
jueves, 21 de diciembre de 2017
martes, 12 de diciembre de 2017
Santa Cruz Abren sala para exponer restos arqueológicos
En el territorio del departamento de Santa Cruz, que son 370.621 kilómetros cuadrados, se estima que hay entre 10.000 y 15.000 sitios arqueológicos, de los cuales solo 300 han sido explorados y cuyos restos, en especial vasijas y objetos de alfarería, permanecen depositados en el Centro de Educación Ambiental (CEA) de la Gobernación.
Para que la ciudadanía conozca estos tesoros, serán expuestos desde mañana, a las 19:00, con la apertura oficial del centro de interpretación arqueológica en un ala del edificio del CEA; aunque en una segunda etapa, según la secretaria de Desarrollo Humano de la Gobernación, Paola Parada, será implementado un museo.
El acondicionamiento del ambiente, que no sobrepasa los Bs 30.000, está a cargo del arqueólogo Danilo Drakic, que ha mandado hacer los banners informativos para los visitantes, que en 2018 serán los estudiantes de colegio.
Este centro llevará el nombre Mario Suárez Riglos, en honor al connotado geólogo y paleontólogo cruceño.
“Esta obra es la antesala a la aprobación, en 2018, de una ley departamental de arqueología para preservar el patrimonio de Santa Cruz”, reveló Parada.
El Fuerte
Ante el avanzado estado de deterioro de la roca en la que fue tallado El Fuerte de Samaipata, que fue declarado patrimonio cultural de la humanidad en 1998, Drakic ha preparado un plan de recuperación con un costo de $us 1 millón. “La piedra será escaneada en tercera dimensión, pues los hongos y líquenes la degradan aceleradamente”, dijo.
domingo, 10 de diciembre de 2017
Patrimonio intervenido Chullpares de Quehuaya en el Titicaca
Según la información de CienciaBolivia, en la isla Quehuaya del lago Titicaca existen estructuras de piedra entre chullpas y estructuras habitacionales arqueológicas que fueron erigidas en medio de terrazas de cultivo a orillas del lago sagrado, en una superficie aproximada de más de un kilómetro cuadrado, considerado el sitio arqueológico más grande del Período Intermedio Tardío que se desarrolló entre el 1000 a 1470 de Nuestra Era, después de la civilización de Tiwanaku.
El director Desarrollo Humano y Cultura del municipio de Puerto Pérez, Isaac Callizaya informó que Quehuaya pudo ser una gran necrópolis de los Señoríos Aymaras con chullpares o enterratorios hechos de piedra a manera de torres.
El isleño y navegante de la isla Pariti ubicada al frente de Quehuaya, considera que el sitio ubicado en un valle rodeado de montañas casi a orillas del lago sagrado, es posible que se haya constituido en un lugar ceremonial donde se realizaban rituales durante los entierros aymaras.
No obstante reconoció que el patrimonio arqueológico fue saqueado por los “huaqueros” o traficantes y las torres funerarias están casi destruidas. La intervención de los chullpares fue realizada por la empresa “Delaveris Conservaciones” en agosto de este año.
La isla Quehuaya es la Subalcaldía y Distrito Municipal integrada por las comunidades de las islas Tirasca, Sucuto y Pariti, que son poblaciones con muchas potencialidades arqueológicas y culturales, se encuentra en el archipiélago de las islas del Wiñaymarka en el municipio de Puerto Pérez, de la provincia Los Andes del departamento de La Paz.
“Precisamente es el lugar donde se encuentra la mayor concentración de chullpares. Fue declarado Monumento Nacional arqueológico en 1937 durante el gobierno de David Toro”, acotó.
El director Desarrollo Humano y Cultura del municipio de Puerto Pérez, Isaac Callizaya informó que Quehuaya pudo ser una gran necrópolis de los Señoríos Aymaras con chullpares o enterratorios hechos de piedra a manera de torres.
El isleño y navegante de la isla Pariti ubicada al frente de Quehuaya, considera que el sitio ubicado en un valle rodeado de montañas casi a orillas del lago sagrado, es posible que se haya constituido en un lugar ceremonial donde se realizaban rituales durante los entierros aymaras.
No obstante reconoció que el patrimonio arqueológico fue saqueado por los “huaqueros” o traficantes y las torres funerarias están casi destruidas. La intervención de los chullpares fue realizada por la empresa “Delaveris Conservaciones” en agosto de este año.
La isla Quehuaya es la Subalcaldía y Distrito Municipal integrada por las comunidades de las islas Tirasca, Sucuto y Pariti, que son poblaciones con muchas potencialidades arqueológicas y culturales, se encuentra en el archipiélago de las islas del Wiñaymarka en el municipio de Puerto Pérez, de la provincia Los Andes del departamento de La Paz.
“Precisamente es el lugar donde se encuentra la mayor concentración de chullpares. Fue declarado Monumento Nacional arqueológico en 1937 durante el gobierno de David Toro”, acotó.
Restos prehispánicos momificados reciben tratamiento de conservación
Los restos humanos prehispánicos momificados del Museo Nacional de Arqueología provenientes en su mayoría de chullpas o torres funerarias construidas de piedra o tierra por los Señoríos Aymaras en el altiplano boliviano, son intervenidos con un tratamiento de conservación para ser preservadas en un ambiente de climatización adecuada con temperatura y humedad controladas, junto con otros restos orgánicos arqueológicos.
“Se pretende cumplir con un tratamiento de conservación de todo el patrimonio cultural del Munarq (Museo Nacional de Arqueología) que está conformado por 18 mil piezas arqueológicas aproximadamente. Algunas de ellas nunca recibieron un proceso de preservación ni limpieza, por lo que inicialmente se está priorizando la intervención de las momias que son cerca de 40 entre cuerpos enteros y partes de cuerpos”, aseveró el jefe de la Unidad de Arqueología y Museos (UDAM) del Ministerio de Culturas y Turismo, José Luis Paz.
Explicó el diagnóstico de conservación de las momias posibilitará ubicarlas en un ambiente readecuado de los depósitos del repositorio para que sean resguardados con un embalaje conveniente y limpio junto con otros materiales orgánicos de las colecciones del museo. El Jefe de la UDAM aseveró que en general los restos humanos de los entierros prehispánicos contienen mucha información sobre la vida, actividad, filiación étnica, enfermedades e incluso la alimentación de los individuos que fueron momificados.
La intervención de las momias en su mayoría provenientes de los chullpares o entierros funerarios de los Señoríos Aymaras (período cultural desarrollado del 1100 a 1470 después de Cristo) se ejecuta en el Laboratorio de Conservación que fue equipado este año con la donación de instrumentos especializados.
Paz detalló que se equipa el laboratorio del Munarq a través de las cooperaciones de Bélgica y Japón con equipos básicos, asignando también pasantes universitarios y proyectando junto con otras agencias de cooperación la posible llegada al país de expertos conservadores del extranjero.
“No existe aún la formación en el país en conservación, museología ni paleontología, son las grandes falencias. Se está asumiendo las funciones para tratar de generar las condiciones básicas y necesarias frente a la carencia de especialistas”, afirmó el arqueólogo.
SEÑORÍOS AYMARAS
Algunos estudiosos y arqueólogos asumen que la cultura Tiwanaku desapareció aproximadamente el 1100 después de Cristo, la razón de ello suponen fue por dos hipótesis, una por el incremento de las guerras civiles internas que debilitó el Estado Magnánimo tiwanacota y la otra por una prolongada sequía que pudo prolongarse por más de cuatro décadas, ambas teorías pudieron haber afectado a Tiwanaku hasta su desaparición.
Posteriormente, los Señoríos Aymaras ocuparon el actual altiplano boliviano, fueron confederaciones que edificaron imponentes estructuras de piedra o tierra, fueron torres funerarias o chullpas destinadas a contener los restos humanos de los personajes momificados que eran colocados en posición fetal y envueltos en tejidos hechos de fibra vegetal como paja o totora.
Los aymaras prehispánicos usaron un procedimiento de embalsamiento para la conservación de sus difuntos que incluía la extracción de los intestinos para luego colocarlos en las torres funerarias junto con otros materiales, además de bebidas y comida. También erigieron grandes estructuras en las pendientes de los cerros conocidas como tarrazas agrícolas destinadas al cultivo.
En la sala temporal del Museo Nacional de Arqueología se exponen dos momias y dos cráneos, uno de ellos procedente de la cultura Chinchorro de la región de Atacama más antigua que el periodo cultural de los Señoríos Aymaras. Este cráneo presenta un intento temprano de preservación con sustancias vegetales y forma parte de la exposición: Ancestros, Rastros y Orígenes que concluye el próximo 15 de diciembre y que fue instalado por la celebración de Todos Santos junto con otros objetos arqueológicos como los wako retratos de cerámica o representaciones antropomorfas de cabezas humanas.
PATRIMONIO DEL MUSEO
El Jefe de la UDAM anunció que se pretende cumplir con la conservación respectiva del patrimonio cultural del Museo Nacional de Arqueología (Munarq) conformado por aproximadamente 18 mil objetos prehispánicos de diferentes periodos culturales que fueron depositados en el repositorio desde 1918.
Según los registros históricos el Museo Nacional de Arqueología se remonta a más de una centuria y media en el intento por conservar los testimonios físicos de quienes nos antecedieron. El Monseñor José Manuel Indaburo que a través de muchos años de sacrificada labor, logró reunir una colección compuesta de objetos arqueológicos, etnográficos de ciencias naturales que la donó al pueblo paceño con el propósito de formar un museo en la ciudad de La Paz.
Durante el gobierno del general José Ballivián, un sábado 13 de junio de 1846, en uno de los ambientes del actual Teatro Municipal, situado en la calle Genaro Sanjinés, se inauguró un museo público cuyo primer director fue el doctor Manuel Fernández de Córdova.
El año 1919, durante el gobierno de José Gutíerrez Guerra, se aprueba el contrato de alquiler del Palacio Tiwanaku que perteneció a Arthur Posnansky, instalándose los Museos Nacional y Mineralógico.
En 1922 mediante Resolución Suprema de 22 de mayo de ese año, el Presidente Bautista Saavedra acuerda y autoriza la compra del edificio y su forma de pago con el voto favorable del parlamento. Con una resolución del 26 de agosto de 1922 la edificación pasó definitivamente a poder del estado boliviano.
Son varias las colecciones arqueológicas que conforman el patrimonio arqueológico del Munarq entre objetos de cerámica, líticos, restos óseos, momias, textiles, además de otros. Es la primera vez que los restos humanos del repositorio son intervenidos con un tratamiento de conservación para su respectiva preservación en un ambiente que será climatizado en el propio Museo Nacional de Arqueología de Bolivia.
Edwin Conde Villarreal
(CienciaBolivia)
“Se pretende cumplir con un tratamiento de conservación de todo el patrimonio cultural del Munarq (Museo Nacional de Arqueología) que está conformado por 18 mil piezas arqueológicas aproximadamente. Algunas de ellas nunca recibieron un proceso de preservación ni limpieza, por lo que inicialmente se está priorizando la intervención de las momias que son cerca de 40 entre cuerpos enteros y partes de cuerpos”, aseveró el jefe de la Unidad de Arqueología y Museos (UDAM) del Ministerio de Culturas y Turismo, José Luis Paz.
Explicó el diagnóstico de conservación de las momias posibilitará ubicarlas en un ambiente readecuado de los depósitos del repositorio para que sean resguardados con un embalaje conveniente y limpio junto con otros materiales orgánicos de las colecciones del museo. El Jefe de la UDAM aseveró que en general los restos humanos de los entierros prehispánicos contienen mucha información sobre la vida, actividad, filiación étnica, enfermedades e incluso la alimentación de los individuos que fueron momificados.
La intervención de las momias en su mayoría provenientes de los chullpares o entierros funerarios de los Señoríos Aymaras (período cultural desarrollado del 1100 a 1470 después de Cristo) se ejecuta en el Laboratorio de Conservación que fue equipado este año con la donación de instrumentos especializados.
Paz detalló que se equipa el laboratorio del Munarq a través de las cooperaciones de Bélgica y Japón con equipos básicos, asignando también pasantes universitarios y proyectando junto con otras agencias de cooperación la posible llegada al país de expertos conservadores del extranjero.
“No existe aún la formación en el país en conservación, museología ni paleontología, son las grandes falencias. Se está asumiendo las funciones para tratar de generar las condiciones básicas y necesarias frente a la carencia de especialistas”, afirmó el arqueólogo.
SEÑORÍOS AYMARAS
Algunos estudiosos y arqueólogos asumen que la cultura Tiwanaku desapareció aproximadamente el 1100 después de Cristo, la razón de ello suponen fue por dos hipótesis, una por el incremento de las guerras civiles internas que debilitó el Estado Magnánimo tiwanacota y la otra por una prolongada sequía que pudo prolongarse por más de cuatro décadas, ambas teorías pudieron haber afectado a Tiwanaku hasta su desaparición.
Posteriormente, los Señoríos Aymaras ocuparon el actual altiplano boliviano, fueron confederaciones que edificaron imponentes estructuras de piedra o tierra, fueron torres funerarias o chullpas destinadas a contener los restos humanos de los personajes momificados que eran colocados en posición fetal y envueltos en tejidos hechos de fibra vegetal como paja o totora.
Los aymaras prehispánicos usaron un procedimiento de embalsamiento para la conservación de sus difuntos que incluía la extracción de los intestinos para luego colocarlos en las torres funerarias junto con otros materiales, además de bebidas y comida. También erigieron grandes estructuras en las pendientes de los cerros conocidas como tarrazas agrícolas destinadas al cultivo.
En la sala temporal del Museo Nacional de Arqueología se exponen dos momias y dos cráneos, uno de ellos procedente de la cultura Chinchorro de la región de Atacama más antigua que el periodo cultural de los Señoríos Aymaras. Este cráneo presenta un intento temprano de preservación con sustancias vegetales y forma parte de la exposición: Ancestros, Rastros y Orígenes que concluye el próximo 15 de diciembre y que fue instalado por la celebración de Todos Santos junto con otros objetos arqueológicos como los wako retratos de cerámica o representaciones antropomorfas de cabezas humanas.
PATRIMONIO DEL MUSEO
El Jefe de la UDAM anunció que se pretende cumplir con la conservación respectiva del patrimonio cultural del Museo Nacional de Arqueología (Munarq) conformado por aproximadamente 18 mil objetos prehispánicos de diferentes periodos culturales que fueron depositados en el repositorio desde 1918.
Según los registros históricos el Museo Nacional de Arqueología se remonta a más de una centuria y media en el intento por conservar los testimonios físicos de quienes nos antecedieron. El Monseñor José Manuel Indaburo que a través de muchos años de sacrificada labor, logró reunir una colección compuesta de objetos arqueológicos, etnográficos de ciencias naturales que la donó al pueblo paceño con el propósito de formar un museo en la ciudad de La Paz.
Durante el gobierno del general José Ballivián, un sábado 13 de junio de 1846, en uno de los ambientes del actual Teatro Municipal, situado en la calle Genaro Sanjinés, se inauguró un museo público cuyo primer director fue el doctor Manuel Fernández de Córdova.
El año 1919, durante el gobierno de José Gutíerrez Guerra, se aprueba el contrato de alquiler del Palacio Tiwanaku que perteneció a Arthur Posnansky, instalándose los Museos Nacional y Mineralógico.
En 1922 mediante Resolución Suprema de 22 de mayo de ese año, el Presidente Bautista Saavedra acuerda y autoriza la compra del edificio y su forma de pago con el voto favorable del parlamento. Con una resolución del 26 de agosto de 1922 la edificación pasó definitivamente a poder del estado boliviano.
Son varias las colecciones arqueológicas que conforman el patrimonio arqueológico del Munarq entre objetos de cerámica, líticos, restos óseos, momias, textiles, además de otros. Es la primera vez que los restos humanos del repositorio son intervenidos con un tratamiento de conservación para su respectiva preservación en un ambiente que será climatizado en el propio Museo Nacional de Arqueología de Bolivia.
Edwin Conde Villarreal
(CienciaBolivia)
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