martes, 25 de julio de 2017

Será presentado hoy en la Alcaldía de La Paz Arte rupestre en Bolivia

La Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia (Siarb) presentará hoy los avances del trabajo de identificación y registro de sus valiosas investigaciones en dos sitios del distrito rural de Zongo.

En la oportunidad, el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (Gamlp) le otorgará un reconocimiento a la meritoria Sociedad, por sus 30 años de labor en el estudio y protección del patrimonio rupestre del departamento y del país.

De acuerdo con la Dirección de Patrimonio Cultural, en el municipio de La Paz existen grabados y pinturas rupestres, tanto en el distrito de Hampaturi (área altiplánica), como en el de Zongo (área de valle de Yungas), que presentan una variedad de estilos y tradiciones.

Se destacan escenas de cazadores de camélidos silvestres en diversos colores —como las manifestaciones más antiguas—, con una probable antigüedad de 4.000 años, como en Chirini Tiquimani, del distrito de Zongo. También se han identificado pinturas de formas abstractas y figuras de camélidos de pastoreo, además de cúpulas (depresiones artificiales).

En los valles de Yungas (Zongo), los grabados rupestres presentan espirales, composiciones abstractas y figuras antropomorfas. También se han registrado grabados más recientes que datan de la Colonia y de la República.

Convenio suscrito

El Gamlp suscribió un acuerdo de colaboración con la Siarb para el registro y la documentación de cinco sitios de arte rupestre dentro del territorio rural del municipio de La Paz: uno en Chiviraque, dos en Umantiji, uno en Umapalca y uno en Quelcata.

Como resultado de las acciones conjuntas, se realizó el registro de dos importantes sitios: uno en Chirini Tiquimani (sector Umantiji) y otro en Chiviraque, ambos en el distrito rural de Zongo. Los restantes tres sitios serán motivo de próximas misiones e investigaciones.

En una fase posterior, se elaborarán proyectos de conservación y puesta en valor, lo cual permitirá la realización de actividades de turismo comunitario.

Umantiji

El sector de Umantiji representa un complejo arqueológico importante para el municipio de La Paz, el sitio se define como multicomponente, lo que significa que fue utilizado por distintas culturas de manera diacrónica a lo largo del tiempo. El período más temprano es el Arcaico (4.000 años de antigüedad), que se caracteriza por poseer escenas de caza en diversos colores, asimismo se evidencia la presencia de cazadores de camélidos silvestres. Por otro lado, en el sitio se hallan pinturas —de cronología posterior— caracterizadas por formas abstractas (objeto de futuras investigaciones).



Comunidad Chiviraque

Se identificaron, al menos, tres rocas ubicadas en la meseta de la comunidad Chiviraque. Estas presentan grabados rupestres o petroglifos con motivos geométricos, espirales, y uno antropomorfo, que son composiciones abstractas relacionadas con las tradiciones de las tierras bajas.



Arte rupestre

Se refiere a expresiones de las poblaciones originarias, desde la Prehistoria hasta nuestros días, como evidencia de prácticas de su vida cotidiana y de su cultura, y que aparecen reflejadas en grabados o pinturas sobre superficies rocosas, en cuevas y aleros o al aire libre. También son una muestra de que aquellos sitios y paisajes eran considerados sagrados.

En Bolivia se cuenta con varios parques arqueológicos de arte rupestre, gracias a proyectos que la Siarb —en colaboración con gobiernos municipales y comunidades— ha realizado. Entre ellos, el de Peñas (La Paz), Calacala (Oruro), Betanzos (Potosí), Incamachay-Pumamachay (Chuquisaca) y La Laja (Moromoro, Santa Cruz). Al carecer de políticas de conservación y protección, en una gran mayoría de estos sitios, los actos destructivos de visitantes son frecuentes.


domingo, 23 de julio de 2017

Pinturas rupestres de Cala Cala

Están ubicadas a 4.500 m.s.n.m., en la población de Cala Cala, topónimo aymara que significa "piedra piedra", región caracterizada por la presencia de rocas. Las muestras pictográficas rupestres se encuentran en las rocas llamadas quelcata (escrito) donde se observan figuras de camélidos pintados con predominancia de colores rojo, blanco y negro. Es un atractivo turístico de singulares características.

Se estima que estas pinturas tienen una antigüedad de 2.500 años antes de Cristo (a.C.)

ATRACTIVOS

Parque Arqueológico - Ecológico de Cala Cala, donde se encuentran las pinturas rupestres, oquedades en las rocas presumiblemente para otorgar ofrendas, un cerco en el que posiblemente se domesticaban a los camélidos (llamas) y otro tipo de rituales como la k´illpa o trasquilado de lana.

En la carretera se puede observar el cerro Chijchi Khollu, que popularmente es identificado como un reptil decapitado (cabeza de lagarto) a cuyas falda se encuentran restos arqueológicos. A su vez, en el área también se encuentra el Templo del Señor de Lagunas, importante sitio de peregrinación religiosa en Oruro.

CÓMO LLEGAR

Dirigirse hacia el Sudeste de la ciudad de Oruro con dirección al Municipio de Sorocachi. Cala Cala se encuentra aproximadamente a 20 kilómetros desde el centro de la Capital del Folklore (35 min. aprox.)

Unesco plantea intervención en estructura lítica Akapana

La pirámide Akapana será la primera estructura lítica que se intervendrá en el complejo arqueológico de Tiwanaku con trabajos de conservación preventiva como sugiere el estudio de teledetección –análisis de la superficie terrestre con imágenes de satélite y vuelos de dron– realizados en esta gestión, por expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El director del Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y Administración de Tiwanaku (Ciaaat), arqueólogo Julio Condori, confirmó que la instancia mundial también entregó los resultados del láser escáner –herramienta que detecta imágenes definidas para construir modelos digitales tridimensionales– de la edificación piramidal escalonada con siete plataformas.

El anuncio fue realizado por el arqueólogo boliviano que participó en el “Simposio Latinoamericano de Física y Química en Arqueología, Arte y Conservación del Patrimonio Cultural” Lasmac 2017, encuentro científico que reunió en La Paz a estudiosos de Latinoamérica. “Son varias las estructuras líticas del complejo arqueológico que requieren de una conservación preventiva, ya que la reconstrucción tiene que ser antecedida necesariamente de la investigación y una discusión técnica interdisciplinaria”, aseveró.

El Ciaaat –explicó Condori– tiene previsto, como lo sugieren los estudios, priorizar la intervención en la pirámide Akapana –obra lítica ceremonial completada con diferentes técnicas constructivas– con una inversión aproximada de medio millón de bolivianos hasta finales de este mes.

La civilización de Tiwanaku –su período aldeano surgió el 1.500 Antes de Nuestra Era–desarrolló el arte y la ciencia, expandiéndose hasta las costas del Pacífico, el sur del Perú, norte de Argentina y posiblemente a las tierras bajas orientales. Durante dos milenios logró importantes avances como las técnicas empleadas en el cultivo de camellones que fueron instalados incluso en las laderas de las montañas. Sorprende su arquitectura que resulta de estudios astronómicos con el manejo delicado de un diverso material lítico proveniente de varias canteras.

RESULTADOS DEL ESTUDIO

Según el portal de la Unesco, el proyecto denominado “Conservación y Preservación de Tiwanaku y la pirámide de Akapana” incluyó la elaboración de un mapa topográfico de la totalidad del sitio arqueológico y su área de amortiguamiento, que fue elaborado combinando diferentes tecnologías de teledetección, específicamente con imágenes satelitales de 1972 y 1992 e imágenes obtenidas mediante varios vuelos de un dron.

Adicionalmente –se destaca en el sitio web– los resultados preliminares obtenidos gracias a la combinación de las imágenes de alta definición, tanto en formato de imagen a color tradicional como multiespectral “permitieron observar la presencia de un conjunto de estructuras hasta ahora desconocidas” que se extienden por toda el área explorada y alcanzan un territorio de estudio de 411 hectáreas.

Los resultados incluyeron también la observación de un territorio perimetral que permitiría definir con claridad los límites que pudo tener el área urbana de Tiwanaku. Las imágenes aportaron información con respecto a las posibles intervenciones humanas en la configuración del espacio geográfico donde se encuentra el sitio.

En la consecución e interpretación de los datos obtenidos, el consultor a cargo de esta actividad del proyecto, Ignacio Gallego, contó con la colaboración para la toma de los datos en el terreno de la empresa boliviana de Ingeniería Corimex y de la Universidad Complutense de Madrid para el análisis de la información en gabinete.

PIRÁMIDE AKAPANA

Algunos estudios arqueológicos se refieren a Akapana como uno de las mayores construcciones y el templo mayor de Tiwanaku que representaba la “montaña sagrada” y que ligaba el plano celestial, terrenal y subterráneo de acuerdo con la antigua cosmovisión. En su cima a una altura aproximada de 18 metros se evidenció un conjunto ceremonial mientras que su interior posee otras construcciones y canales que no fueron estudiados en su totalidad.

Es una de las estructuras líticas más depredadas por los buscadores de tesoros que visitaron en el pasado el centro ceremonial de los tiwanakotas y que ocasionó el desmoronamiento de los muros de contención superiores y el deslizamiento del material consiguiente. El acceso principal está ubicado en su lado oeste y sorprende que cada una de las siete terrazas o plataformas de piedra hayan sido edificadas con diferentes técnicas de construcción, aspecto que demuestra que la obra ritual y monumental fue erigida durante mucho tiempo.

El nombre de la estructura piramidal que mide aproximadamente 194 metros de este a oeste y 182 metros de norte a sur proviene del término original que era “Apakhana” que significa “que lleva la luz” en aymara. El volumen de mayor relevancia en Tiwanaku y con una mayor altitud tiene previsto ser intervenido a finales de julio en una tarea de conservación preventiva en determinados sectores que fueron especificados por los estudios científicos con tecnología moderna realizados por la Unesco.


sábado, 22 de julio de 2017

Santiago de Machaca Pedido para conservación de sitio arqueológico

El Alcalde del municipio de Santiago de Machaca, Lisandro Condori, a tiempo de invitar a la Expoferia de camélidos, llamas y alpacas que se realizará hoy sábado y mañana domingo, pidió al Ejecutivo elaborar políticas para conservar el patrimonio cultural de esa región del país. Asimismo presentó un proyecto de ley de conservación del sitio arqueológico del cerro Pucara.

“Queremos la conservación de nuestro patrimonio cultural, hemos trabajado con algunos temas, por ejemplo, queremos capillas coloniales, ya tenemos registradas algunas nos falta mejorar ese aspecto. También se ha trabajado sobre un cerro importante que tenemos Pucara, que significa guarida de los incas”, señaló.

Condori aclaró que para esta nueva versión de la expoferia se trabajó arduamente para presentar por primera vez la ruta turística que consiste en una caminata al cerro Pucara de dos kilómetros acompañados de llamas.

“Queremos demostrar al turista como el santiagueño convive con el camélido en su diario vivir”, aseveró.

martes, 11 de julio de 2017

Los mojocoya, los antiguos habitantes de la región


LOS INCAS

Los Incas estuvieron presentes en lo que ahora es Chuquisaca Norte y Centro, aunque sí hay evidencias de su estadía por el sur del Departamento, en esa región estuvieron bajo otro tipo de estructura de ocupación a la citada, es decir, con ausencia de áreas administrativas y militares, constituyéndose principalmente en asentamientos habitacionales, precisa Salinas.

Investigaciones revelan que este grupo denominado así por el lugar en el que se encontraron sus vestigios pobló Chuquisaca entre el año 100 y 1200 después de Cristo, su presencia anterior a los incas sobrevivió y hay evidencias

Habitaron Chuquisaca entre el año 100 y 1200 después de Cristo y sobrevivieron a través de su legado hasta nuestros días gracias a vestigios de cerámica encontrados en distintos municipios de la región y que no fueron aplacados por los incas, convirtiéndose así, los Mojocoya, en uno de los grupos más antiguos que vivieron en esta parte del mundo más de 1.000 años atrás.

El grupo se consolidó principalmente en la región de Mojocoya, de ahí el nombre con el que ahora es identificado pues en realidad no hay manera de saber cómo se denominaba. “Es algo que no sabemos y nunca vamos a saber”, comenta el investigador y director del Museo Antropológico, Edmundo Salinas, quien expuso las investigaciones “Arqueología de Chuquisaca” y “Los Incas en Chuquisaca”, realizadas como parte del trabajo de varios años del Instituto de Investigación Antropológica y Arqueológica.

Sin embargo el grupo no sólo estuvo presente en ese municipio, ya que además se asentó en diferentes áreas del Departamento y de hecho, se considera que los Yampara son también una consecuencia de la presencia de los Mojocoya.

Salinas explica que los Mojocoya fueron uno de los grupos importantes que tuvieron presencia en los valles bolivianos y latinoamericanos luego del periodo conocido como Formativo (1500-0 antes de Cristo), cuando comenzaron a formarse grupos más complejos en Chuquisaca, aunque el grupo dominante fue el Mojocoya.

Una de las características más importantes del grupo es su trabajo en cerámica, un arte que dominó bastante ya que cuando los incas llegaron a dominar varios pueblos de Chuquisaca, éstos no incorporaron su cerámica en la región en consideración a su calidad, una medida que no tomaron en otras regiones como Cochabamba, detalla Salinas.

Y es que la cerámica de los Mojocoya se caracterizó por incorporar varios estilos regionales que identifican su decoración que es tomada como base por los grupos como Turupaya, el Omereque polícromo, los Sauces y otros.

Es así que los incas aplicaron en esta zona métodos de expansión a través de imposiciones políticas, religiosas o socioeconómicas, pero dejaron la cerámica de lado.

“Los incas es un grupo que no incorpora su cerámica en el Departamento de Chuquisaca porque la cerámica que teníamos en ese entonces era demasiado buena, entonces sus patrones y estrategias de dominio fueron basadas en la guerra y la religión, principalmente, de tal modo que hacen la instalación de varios centros administrativos en el Departamento”, dice Salinas.

Estos centros están ubicados en gran parte del territorio de Chuquisaca norte y centro, aunque también estuvieron presentes en la zona sur de la región, pero bajo otra estructura de ocupación, con ausencia de áreas administrativas y militares, ya que los rastros de su presencia se refieren principalmente a asentamientos habitacionales.

SEMEJANZAS CON OTROS PAÍSES Y LOS YAMPARA

Comparados con los valles de países vecinos como Chile y Perú, los Mojocoya presentan características semejantes con las del grupo San Miguel de Chile y grupos cercanos al río Salado del norte de Argentina que también corresponde a zona valluna.

“Concluimos entonces que los Mojocoya fueron un grupo importante en valles bolivianos y latinoamericanos y también consideramos que los Yampara que casi no existen ahora, son también una consecuencia de los Mojocoya”, afirma Salinas.

Es decir, que los rasgos propios de la cultura Yampara, de gran relevancia en el Departamento, habrían sido resultado de la presencia primigenia de este grupo cuya cerámica sobrevivió procesos de dominio y colonización hasta nuestros días, en los que se encontraron rastros de su existencia e importante participación en las culturas prehispánicas.

PRESERVACIÓN, CUIDADO Y PROMOCIÓN

Varios de los sitios que son parte de los Mojocoya se encuentran adecuadamente preservados para su investigación que en muchos casos continúa a la fecha, explica Salinas; sin embargo, por su importancia podrían pasar de ser sitios de estudio científico a atractivos turísticos de relevancia.

Si bien el objetivo de su estudio y de su conservación, para Salinas, debe ser conocer el proceso del pasado prehispánico, estos espacios investigados pueden consolidarse en puntos de visita de turistas nacionales e internacionales, pero a través de mecanismos y planes que los conviertan en sitios sostenibles y blindados de mecanismos turísticos que puedan afectarlos.

“Por ejemplo la caverna de Mojocoya en Chuquisaca es la única en Bolivia que ha sido usada como recinto funerario y en un futuro se puede ofrecer como parte de la oferta turística. Hasta ahora hemos incorporado sitios de arte rupestre”, detalla Salinas.

Pero aclara que aún hay mucho por investigar ya que “en algunos sitios dimos los primeros pasos y en otros hay que continuar con el proceso de investigación”, dice el director del Museo Antropológico para quien estos hallazgos cobijan material para decenas de años de investigaciones.

LA CULTURA YAMPARA

Los Yampara, que surgieron más o menos hacia los 700 años después de Cristo y continúan aunque con una presencia notoriamente disminuida, se desarrollaron mientras los Mojocoya marcaban los últimos años de su existencia registrada, ya que se pierde su rastro luego del primer milenio después de Cristo.

Los Yampara están presentes en distintos puntos de la región, entre ellos obviamente las pampas de Yamparáez, el más importante sitio arqueológico de este grupo, además que se ha encontrado sitios en áreas como Río Chico, Chataquila y otros cercanos a Sucre.

LOS YURA

Alternativamente a los grupos Mojocoya y Yampara, los Yura habitaron Chuquisaca y mantuvieron un estilo regional propio, dice Salinas. Los Yura se constituyen en un grupo de origen en el Salar de Coipasa y Uyuni que se desplazó por todo el Departamento porque eran los comerciantes de la época.

Llevaban gran cantidad de llamas y se dedicaban al intercambio de productos como el maíz, la papa y el chuño, una labor muy importante en ese momento.

La presencia de los Yuras en Chuquisaca también concluye con la llegada de los Incas en su proceso de ocupación del territorio chuquisaqueño.

LOS INCAS

Por su parte, los Incas estuvieron presentes en distintas zonas del Departamento, pero aunque sí hay evidencias de su estadía por el sur de Chuquisaca, en esa región estuvieron bajo otro tipo de estructura de ocupación a la citada, es decir, con ausencia de áreas de administrativas y militares, constituyéndose principalmente en asentamientos habitacionales, precisa Salinas.

Según un mapa de sitios elaborado como parte de los estudios realizados, se sabe que los Incas poblaron la parte norte y centro de Chuquisaca, según los sitios donde evidenciaron “testimonios” de su paso por la región.

Salinas detalla que hay varios sitios religiosos y administrativos ubicados en montañas y algunos cercanos de Sucre. Además de fortalezas militares y muros de contención con restos de balas de los combates que afrontaron en esos años.

Asimismo, se encuentran varios sitios de acopio en Chuquisaca en los que permanecen restos de los silos de origen incaico que estuvieron presentes en áreas de producción agrícola de importancia.

Varios de estos espacios todavía se encuentran en proceso de investigación y aunque su ubicación es conocida por los estudiosos, prefieren mantener reserva respecto al tema para preservar mejor el área y evitar que algunas personas los destruyan, una realidad es suele darse con este tipo de descubrimientos.

“Esto es un capital muy importante para futuro en el Departamento de Chuquisaca no solamente refiriéndonos a sitios arqueológicos de los incas, porque ellos en realidad son recientes, sino por testimonios mojocoya y yampara principalmente”, comenta el investigador al destacar los años de trabajo del Museo Antropológico que permiten conocer más del pasado de Chuquisaca.

Precerámico

Correspondiente al periodo precerámico hay un solo sitio ubicado en la serranía de Mandinga a algo más de 4.400 metros sobre el nivel del mar.