jueves, 8 de diciembre de 2016

Julia Elena Fortún: Una vida inspirada en el amor a la música

Julia Elena Fortún Melgarejo fue una mujer destacada en las últimas décadas, tenía pasión por todo lo que era música y cultura en general. Estos sustentos la impulsaron a realizar varios estudios, que la consagraron como una personalidad pública exitosa.

Elena Fortún era hija del médico Carmelo Fortún y de una prestigiosa maestra Felicidad Melgarejo. La influencia de su madre le despertó su amor por la música. A sus 17 años le tomó el gusto por la música sacra, escucharla le produjo también enorme atracción y afición por las melodías.

Santiago de Chile fue el lugar donde Fortún pudo emprender estudios internacionales de Enseñanza y Pedagogía Musical; su continuo amor e interés por las partituras de la época colonial fue lo que la destacó para recibir una beca de estudios en el Conservatorio Nacional de Música en Buenos Aires, donde se especializó en Rítmica Dalcroze y Coros de Niños.

Un Curso Internacional en el Instituto Bernardino Rivadavia de la capital Argentina fue el que coadyuvó a Fortún a conocer más sobre los orígenes de las melodías, sobre cuya base se especializó en Etnomúsica.

LA ANTROPÓLOGA

Su inquietud por la ciencia la llevó a estudiar Antropología, para luego obtener la licenciatura en la Facultad de Filosofía y Letras; además, realizó un doctorado en Historia Primitiva, en la Universidad Central de Madrid, donde fue la única mujer sudamericana que alcanzó ese título, con la tesis “Las Fiestas de Navidad en Bolivia. Música, Danzas y Costumbres”.

1953 fue el año en el que logró la beca de honor del Consejo Superior de Investigación Científica de España e ingresó como miembro a la Sociedad Española de Arqueología y a la Sociedad Española de Etnología y Folklore.

HALLAZGOS

El "Monolito Ponce", monumento que se halla en la parte este del Complejo Arqueológico de Tiwanaku, fue encontrado por excavaciones impulsadas por Elena, razón por la cual lleva el apellido de su esposo, el arqueólogo boliviano Carlos Ponce Sanginés. Descubierto en el año 1957, el "Monolito Ponce", posee un aspecto antropomorfo se cree que representa a una autoridad tiwanakota divinizada.

Además de este y otros hallazgos arqueológicos, Fortún gestionó la adquisición para el Archivo Nacional de manuscritos de música colonial que actualmente son un tesoro cultural para la nación.

Ayer los restos mortales de Julia Elena Fortún Melgarejo fueron enterrados en el Cementerio General de Sucre; sin embargo sus obras quedarán en la memoria y en el corazón de los bolivianos y de todos quienes tuvieron la oportunidad de conocerla.

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